Vivimos corriendo al tiempo, todo se volvió más veloz, vertiginoso, volátil, incierto, ambiguo y sobre todo complejo. Este fenómeno que resuena más en el mundo de las empresas se lo conoce como VICA por sus siglas en inglés, o también VICA en español.
La química del beso, beneficios cuerpo-mente
Frente a esta incertidumbre no nos quedó otra que adaptarnos y adquirir nuevos aprendizajes necesarios para seguir en el ruedo o para conservar nuestros puestos y que no nos reemplacen.
Vivimos cuasi obsesionados por desarrollar ciertas habilidades tecnológicas debido a las demandas cada vez más exigentes de estos nuevos mundos VICA, incluso para esta “nueva normalidad” donde el homeoffice, el manejo de las plataformas y aplicaciones pasaron a ser los grandes protagonistas de nuestro día laboral.
Los bajones en el estado de ánimo
Masaje Tuina: Una terapia armonizadora
Pero así como nos adaptamos a este nuevo escenario, también vamos sumando otros problemas, que estas “nuevas realidades” traen, y que no somos capaces de ver, por el hecho de que “fuimos normalizando” estas montañas rusas vertiginosas. Nos olvidamos que sobretodo somos personas sintientes, sensibles y con necesidades básicas; es esencial descansar, comer y dedicarle tiempo a nuestras relaciones.
8 respuestas sobre rejuvenecimiento vaginal
Necesitamos dejar de correr y vivir tan acelerados y poner stop, para reconectarnos con nuestra esencia. Necesitamos frenar, tener una vida más tranquila y saludable. Necesitamos incorporar los hábitos que ofrece la filosofía de vida slow más que la VICA.
Andar sin tanto estrés ni corridas, poner más pausa para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, porque si no lo único que vamos a alcanzar con total rapidez, es una vida con mayor estrés, ansiedad y complicaciones en nuestra salud física y mental. Lo mejor que podemos hacer por nosotros, es aplicar este otro plan B, que nos brinda el modo slow.
Aprender a soltar
Algunos hábitos que podemos empezar a incorporar:
Cómo aliviar el dolor en las manos
Recuperar y practicar más la paciencia en lugar de querer todo ya o para ayer.
Incorporar más pausas que frenen esa velocidad desmedida que solo nos garantiza más estrés y ansiedad por llegar o hacer más.
Vivir más conscientemente para disfrutar del camino y para no perdernos de los momentos más valiosos de nuestros días.
Disfrutar más de la cama al despertarnos, y en lugar de saltar cuando suena el reloj, desperezarnos y arrancar más relajados.
Disfrutar de los almuerzos y meriendas, totalmente desconectados de la computadora y del trabajo.
Respetar los horarios de cortes y también de final del trabajo, y al terminar hacer algo diferente para no seguir enganchados hasta cualquier hora.
Generar nuestros propios espacios de tranquilidad para disfrutar de lo que queramos, una buena lectura o una caminata al aire libre.
Escuchar nuestro cuerpo, dedicar más tiempo a estar simplemente en contacto con el silencio.
Estar más aquí y ahora. Estar en el presente, sintiendo y honrando este espacio y este momento, porque es el único lugar en donde realmente estamos.
Paola Fagil
Coach - Master en PNL - Mindfulness.
Capacitadora. Mentora y Consultora
@paolafagil.coach
at Redacción Mía
Comentarios