Pesadez y dolor en las piernas, y tobillos hinchados al final del día son síntomas frecuentes en quienes tienen alterado su retorno circulatorio, problema que lleva a la aparición de várices, edemas y otras patologías relacionadas.
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Este problema se agravó durante la pandemia, el teletrabajo y la falta de movimiento. El teletrabajo no solo actuó como un factor agravante para aquellas personas con insuficiencia venosa, linfedema, que ya sufrían molestias y estaban en tratamiento sino que también ha sido desencadenante de estos problemas.
En general es un problema que afecta a personas mayores que se mueven menos. Y esa falta de movimiento -que deja de estimular la circulación- les genera aún más edema, más pesadez y dolor, lo que conduce a una menor movilidad.
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Para mejorar la circulación:
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El gran desafío es empezar a moverse, ya que toda actividad física es buena para mejorarlo. Caminar, hacer gimnasia y hasta bailar cualquier ritmo.
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Hacer gimnasia en el agua, ya que aumenta la compresión externa, favorece la circulación y ablanda el tejido. Hábitos que también influyen:
Intercambiar posturas. Evitar permanecer varias horas sentado o de pie en una posición estática. Por ejemplo, en una oficina, pararse, dar una vuelta o colocar bajo el escritorio algún elemento basculante para trabajar los tobillos (flexión y extensión).
Aprender a soltar
Usar medias de compresión. Son un buen complemento. Hay que colocarlas a la mañana antes de levantarse y sacárselas para dormir. Quienes las tengan indicadas deberán renovarlas periódicamente ya que las medias tienen fecha de vencimiento y si se estiraron dejan de cumplir su función. No lavarlas en el lavarropas.
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El taco, el zapato angosto y las tiras apretadas perjudican la circulación. Habrá que evitar su uso cotidiano. Algo similar ocurre con las fajas y trusas, que comprimen la región inguinal por donde ingresan los vasos sanguíneos, obstruyendo el retorno venoso.
Evitar baños calientes y prolongados. Esto empeora el cuadro. Las personas que planean visitar centros termales deberían consultar con su médico si están en condiciones de concurrir por las altas temperaturas.
Utilizar compresas frías o baños con agua fresca.
En reposo es útil acostarse con las piernas a la altura del pecho, al mismo nivel que el corazón.
Práctica:
Antes de comenzar cada ejercicio. Tomar aire profundo por la nariz y expulsarlo por la boca, hacerlo tres o cuatro veces.
De pie, tomado del respaldo de una silla, elevarse sobre la punta de ambos pies y descender suavemente.
Caminar en puntas de pie alrededor de una mesa y luego repetirlo caminando sobre los talones.
Sentado, balancear suavemente los pies de puntas a talones.
Acostado, realizar movimientos cíclicos con energía, elevando alternadamente las piernas como andando en bicicleta.
Para un uso diario se recomienda usar zapatillas porque, además de ser seguras y cómodas, tienen un pequeño taco que ayuda al impulso de los músculos que intervienen en la circulación.
Fuente: Hospital Italiano
at Redacción Mía
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