El ahogamiento es una de las principales causas de muerte relacionada con lesiones no intencionales en la infancia y la adolescencia.
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Para la Dra. María Cecilia Rizzuti, médica pediatra del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), “para proteger a los niños pequeños es fundamental que los adultos tomen medidas preventivas como la instalación de barreras de protección para evitar el acceso de los niños a los espacios de agua, la vigilancia permanente de al menos un adulto atento y comprometido, y la enseñanza del niño, de acuerdo a su edad y sus posibilidades de comprensión, sobre los riesgos y las precauciones que deben tomar, así como el aprendizaje oportuno de destrezas en el agua para minimizar el peligro”.
En esa misma línea, la Dra. Natalia Alejandra del Valle Romero, médica pediatra perteneciente al Comité de Emergencias de la SAP, recordó la importancia de utilizar elementos de protección como chalecos salvavidas validados por las autoridades competentes, desconfiando de aquellos recreativos que se venden en jugueterías, pero que no tienen por finalidad el cuidado del niño ante situaciones de emergencia acuática”.
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En los adolescentes, la mayoría de los ahogamientos suceden por la combinación de exceso de confianza en las habilidades para nadar, una subestimación de situaciones peligrosas en o cerca del agua y el consumo de alcohol y/o drogas.
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Factores de riesgo:
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Según la Organización Mundial de la Salud, los principales están relacionados con las siguientes situaciones:
Falta o inapropiada supervisión de los niños pequeños en o cerca de masas de agua.
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Ausencia de vallados seguros y de señalización que adviertan del peligro.
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Falta de sensibilización respecto de la seguridad en el agua.
Comportamientos de riesgo en torno a masas de agua.
Inundaciones debidas a lluvias extremas, tormentas, etc.
Transporte por agua en embarcaciones superpobladas, mal mantenidas o sin los elementos de seguridad necesarios.
Vivir en la proximidad del agua.
Antecedentes personales de la víctima, como algunas enfermedades cardiovasculares y neurológicas.
Estrategias:
Instalar barreras para restringir el acceso a las masas de agua. El cercado de piletas es una de las estrategias de prevención más importantes.
Crear espacios seguros para los niños en edad preescolar, con atención especializada para las poblaciones que viven cerca del agua (por ejemplo, guarderías).
Enseñar a los niños de edad escolar a nadar y las competencias para la seguridad y salvamento en el agua.
Capacitar a las personas del entorno en técnicas de rescate seguras y RCP.
Mejorar la sensibilización pública respecto del ahogamiento y poner de relieve la vulnerabilidad de los niños.
Elaborar un plan nacional de seguridad en el agua.
Fuente:
Sociedad Argentina de Pediatría
sap.org.ar
at Redacción Mía
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