Poder antiedad: Dentro de las semillas de la granada se encuentra un aceite vegetal muy apreciado para el cuidado de la piel. Es rico en sustancias antioxidantes y regeneradoras como los flavonoides y la vitamina E. Estos nutrientes atrapan los radicales libres en el tejido celular y frenan así el envejecimiento cutáneo.
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Los radicales libres son moléculas oxidantes y dañinas que tienen un efecto negativo en la célula. Cuanto más madura es la piel menos capacidad tiene de neutralizarlos por sí misma.
El aceite de la semilla de granada contiene además ácido punícico, una sustancia muy poco frecuente, que regenera el tejido de la piel de forma natural.
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Contra las manchas: Los principios antioxidantes del aceite de semillas de la granada previenen el envejecimiento precoz como las manchas provocadas por fotoenvejecimiento
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En la dieta anticáncer: Las antocianinas de la granada disminuyen la acción de los receptores de estrógeno, lo que ayuda a prevenir cánceres como el de mama. Este efecto lo causan los flavonoides y es reforzado por la acción sinérgica de otros antioxidantes que evitan el desarrollo de células tumorales.
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La granada también se considera útil en la prevención del cáncer de próstata.
Corazón sano: El consumo habitual de granada, tanto en forma de jugo como si se consumen sus deliciosos granos, es una buena forma de reducir el riesgo cardiovascular, ya que previene la concentración y la oxidación del colesterol "malo" (LDL) y mejora la elasticidad de las arterias.
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También beneficia al corazón y al sistema cardiovascular por su abundancia en potasio, que contribuye a regular la presión arterial.
Buena para adelgazar: Es una fruta hipocalórica, debido a su abundante agua y bajo aporte en hidratos de carbono. Esta cualidad es muy útil en dietas de adelgazamiento.
Afrodisíaca: En la antigua Grecia se atribuía a Afrodita la plantación del primer granado, por lo que su fruta se vinculaba al deseo e incluso se le atribuían poderes afrodisíacos.
Un estudio de la Universidad de Edimburgo ha comprobado que el jugo aumenta los niveles de testosterona un 30 por ciento. Tanto hombres como mujeres notaron una mejora del deseo sexual y del estado de ánimo. Otros estudios la relacionan con una mejora de la función eréctil, y un aumento de la cantidad y movilidad de los espermatozoides.
at Redacción Semanario
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