Esta planta de interior recibe comúnmente el nombre de Costilla de Adán porque sus hojas, según van madurando y adquiriendo el tamaño definitivo, se parten, creando unas hendiduras que imitan la forma de una costilla. Esta planta crea matas realmente voluminosas y resulta muy decorativa debido al tamaño de sus hojas y su color verde intenso.
Tos de las perreras, el mal de las guarderías
Originaria de bosques húmedos, la costilla de Adán tiene un porte semirígido; es decir, no es una planta completamente erguida ni excesivamente flexible. Aguanta temperaturas en torno de los 5 grados y se cultiva especialmente, en porches y patios, zonas que están al abrigo del sol directo, donde esta planta puede aportar frescura gracias a sus hojas de gran tamaño.
Es una especie trepadora, por lo que genera una serie de pequeñas raíces que salen de los tallos semirígidos y se van apoyando en las cortezas de otros árboles, sobre guías que la planta va encontrando en su camino en busca de la luz.
Armá tu urban jungle
Para multiplicarla de una forma sencilla, procederemos de la siguiente manera: cuando veamos que los tallos empiezan a crecer excesivamente, la esquejaremos. La planta crea raíces aéreas muy sólidas y rígidas, que no se secan y aguantan tanto las temperaturas altas como la falta de humedad, hasta que encuentren un sustrato en el que poder introducirse. Después de cortar estos tallos, sacaremos unos esquejes, teniendo en cuenta que los que vayamos a plantar deberán tener una hoja y un poco de raíz.
¡A pintar la pileta!
Para multiplicar los esquejes, añadiremos un sustrato de semilleros, más ligero que otros, y los plantamos juntos. Gracias a este sustrato, los esquejes agarrarán mejor y tendremos menos problemas a la hora de multiplicar la costilla de Adán.
Agapanto: La flor del amor
No todo el mundo sabe que las flores de la popular costilla de Adán se convierten, si las condiciones son las adecuadas, en una exótica fruta que es la responsable de que esta planta sea “deliciosa”. La fruta tiene un sabor que recuerda a la chirimoya y la banana y tarda más de un año en madurar. Es necesario esperar porque las frutas verdes contienen un ácido que puede producir quemaduras en la boca. Si se espera con paciencia su aparición, podrás acompañar la fruta de la costilla de Adán con una gelatina de naranja y un poco de dulce de Calafate y habrás logrado un postre exquisito para el verano que está al llegar.
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