Se cree que procede de África, pero su cultivo está más extendido en el continente asiático. En China tienen la costumbre de regalar un bambú en Año Nuevo, para atraer la buena suerte. Y también es un obsequio muy común cuando se compra una casa o se inaugura un negocio.
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Su nombre botánico es Dracaena sanderiana y es un candidato perfecto para interiores: resiste lugares con poca luz y no exige demasiados cuidados. Se lo puede colocar en un recipiente con agua o en una maceta con tierra para potenciar su crecimiento.
Consejos básicos:
• Luz: lo mejor es que lo pongamos en un lugar donde haya luz intensa pero sin que le dé directamente la luz de sol ya que se quemaría. El bambú crece tanto a la luz como a la sombra.
• Temperatura: la ideal es la que está entre los 18º C y los 24º C. Aunque aguanta bien entre 10ºC y 30ºC.
• Riego: si está en un recipiente con agua hay que cambiarla una vez por semana en invierno y cada dos semanas en verano. Vaporizar el follaje nos servirá para quitarle el polvo, hacerlo dos veces por semana. Si está plantado en tierra, regar cuando veas que la tierra está como reseca. En ambos casos es recomendable dejar reposar previamente el agua para que pierda el cloro.
• Abono: una vez al mes añadir al agua unas gotitas de fertilizante
• El mejor recipiente: si querés lucir el bambú de la suerte te quedará precioso en un jarrón de cristal con piedrecitas de colores en el fondo. Estas servirán de agarre a las raíces y darán más estabilidad a la planta. Hay que poner muy poco agua, justo para que cubra bien las raíces. Crecerá bien con una temperatura cálida y luz indirecta.
• Una planta sana: Al comprarlo debe tener el tronco en color verde, sin que esté amarilleando por ningún lado. Las raíces han de ser claras y los brotes que acaben de salir, verdes y brillantes. Tener la precaución de elegir siempre la planta que tenga más brotes.
at Redacción Mía
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