Una de las enfermedades más frecuentes en nuestras mascotas es la gastroenteritis, es decir, la inflamación del estómago e intestino. Generalmente, suele estar causada por beber agua contaminada, ingesta de alimentos en mal estado o plantas tóxicas o por virus o parásitos; en general, son estos últimos los principales responsables del malestar de nuestras mascotas.
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Hay dos clases principales de parásitos, las tenias (se presentan como un arrocito o semilla de pepino en la caca de las mascotas y se mueven) y los áscaris (las que parecen viboritas blancas en la caca de perros y gatos).
Señales de parásitos:
Ambas clases de parásitos afectan al sistema gastrointestinal de los animales provocando los siguientes síntomas:
Vómitos.
Diarreas con y sin sangre.
Dolor e inflamación del abdomen.
Pérdida de peso y de apetito.
Pérdida de pelo.
Decaimiento.
Para que nuestros amigos de cuatro patas puedan recuperarse lo antes posible, hay que llevarlos al veterinario en cuanto detectemos los síntomas, ya que pueden necesitar tratamiento farmacológico para aliviar la sensación de dolor o las ganas de vomitar.
Después, una vez que ya estemos en casa, es probable que el profesional nos recomiende retirarles la comida durante 24 horas. De esta manera, su estómago podrá descansar y recuperarse poco a poco. Eso sí, nos tenemos que asegurar de que tengan agua limpia y fresca a su libre disposición; y no solo eso, sino que además tenemos que animarlos a beber.
A partir del día siguiente, les podemos dar una dieta blanda que consistirá en arroz hervido y pollo (sin hueso) hasta que veamos que ya se encuentran mejor y que vuelven a defecar con normalidad.
Consejos:
Transcurridas 36 horas sin mejoras de los síntomas, llevar urgente la mascota al veterinario. Si se suman síntomas como aletargamiento, fiebre, movimientos débiles y erráticos, requerirá de asistencia veterinaria. No darle al perro o gato medicamentos que son indicados para los humanos: las reacciones, fisiología y efectos no son iguales.
Cómo prevenir las parasitosis:
Evitar alimentar a las mascotas con carnes crudas.
Desparasitar a la madre y luego al cachorro de perro o gato para prevenir.
En los animales adultos, hacerlo cada 4 meses, toda la vida.
Evitar llevar las mascotas a areneros muy concurridos o sucios, ya que allí se concentran gran cantidad de huevos de parásitos.
Encargarnos de eliminar las pulgas: estas en sus estómagos llevan parásitos enquistados, que cuando el gato o perro se muerden porque lo pican, se tragan las pulgas con el parásito.
Una vez al mes aplicar pipetas, y fumigar el medio ambiente con spray pulguicida cada 4 meses.
Hacer control con el médico veterinario cada 4 a 6 meses.
Si el perro está diagnosticado de gastroenteritis se deben realizar las precauciones correspondientes en el uso de las deposiciones, de sus utensilios como bebedero y comedero, así como de sus juguetes.
Lo más adecuado es utilizar guantes como los de cocina, o para hacer la limpieza en casa, especialmente para manipular sus cosas y para evitar que las bacterias, o lo que sea que haya originado la enfermedad, no contaminen otros objetos.
Remedios caseros:
Darle probióticos especiales para el perro: veras cómo ayudan a mitigar los síntomas, mientras la flora intestinal recupera sus defensas naturales. También se los puede dar suministrándole una cucharada pequeña de yogur natural antes de la comida.
Infusión de manzanilla: dársela en pequeñas cantidades para ayudarle a calmar el dolor. Suministrarla de a poquito para que nuestra mascota pueda aceptarla y tolerarla. Su acción es minimizar la inflamación de las paredes digestivas que ocasionan el malestar.
Ajo: suministrado en la cantidad correcta puede ayudar en la recuperación de la gastroenteritis, siempre es bueno consultarlo con el veterinario, antes de picar un diente de ajo diario y añadirlo a la comida del can. Esto se recomienda por las propiedades antibacterianas del ajo, las cuales van a favorecer el combate del sistema digestivo en contra de la infección.
Calabaza: contiene mucha fibra y es ideal para facilitar el tránsito intestinal. Se la puede suministrar mezclada con arroz y algo de pollo cocido. Sin embargo, hay casos en los que los caninos son altamente sensibles, por lo que hay que esperar a que no haya diarrea o vómitos para incluirla en su dieta.
at Redacción Mía
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