Tuesday 3 de December de 2024
JARDíN Y MASCOTAS | 23-02-2021 08:15

Perros nadadores

Como las personas, hay perritos que aman el agua y otros que la detestan. Algunos trucos para que se acostumbren a disfrutar de la pileta y del mar

Existen ciertas razas de perro cuya pasión por el agua no conoce límites. Así, en cuanto ven una fuente, un laguito o una manguera abierta –y, por supuesto, el calor arrecia–, se lanzan felices a darse un baño. ¿Te suena esta situación? Quizás tu perro pertenezca a una de esas razas a las que es un todo un espectáculo observar cómo disfrutan del agua.

Sin embargo, no todos sienten esa pasión acuática, ya que algunos experimentan auténtico pavor ante una manguera en funcionamiento. A continuación, algunos trucos para ayudar a tu amigo de cuatro patas a perder el miedo al agua y a disfrutar juntos de la playa o la pileta.

Recomendaciones:

Si tu perro tiene miedo al agua, no se te ocurra emplear la técnica de la inundación (tirarlo de repente al agua). Tal vez puedas conseguir resultados pero es una acción arriesgada ya que puede intensificar el miedo. Mejor ir de a poco y con cariño con nuestro perrito.

Si estás con mucho calor, bañate primero y después dedicá a tu perro el tiempo y la atención que se merece. Siempre habrá perros más nadadores que otros, eso sin duda lo comprobarás al acercarte a la orilla. Si tu perro te mira desde el fondo del mar o tenés que entrar nadando como el guardavidas porque no para de nadar hacia alta mar, sin duda tu compañero no tiene ningún problema con el agua. Si por el contrario, el perro te mira desde lejos, te ladra o incluso llora cuando estás pegándote un chapuzón seguí estos consejos.

Actuar con cariño y paciencia. Esto es fundamental para progresar y si además agregamos algún que otro premio serás la envidia de los demás dueños.

Perros nadadores
En la pile: Si tu perro acostumbra a meterse en la piscina de casa, enseñale a salir por si decide hacerse unos largos en tu ausencia.

Primero probá ir al agua con tu perro en lugares donde controles toda la situación, con poca profundidad y sin muchos agentes externos que lo pue dan estresar. Cuanto antes lo eduques al agua, mejor, aunque nunca es tarde para un buen chapuzón.

Ayudate con algún juguete. Si tu perro se sorprende con el sonido, color o tacto del agua y se pone nervioso, intentá distraer su atención con su juguete favorito y cada vez que tenga contacto con el agua o se acerque a ella podrás premiarlo. Para esta fase estaría bien estar con las piernas dentro del agua y sobre todo que no haya olas para surfear ya que se podría asustar si una ola le da un revolcón.

Si lograste que el perro esté dentro del agua con vos pero todavía se muestra un poco torpe, ayudalo. ¿Recordás cuando te enseñaron a nadar? Seguro que te sujetaron por el tronco. Entonces hacé lo mismo: tomalo por el tronco, dejando que mueva libremente las cuatro patas.

Si tu perro no es un nadador de competición pero le encanta el agua, tenés un montón de accesorios para ayudarlo en esta actividad, como los arneses de natación y los chalecos salvavidas, especialmente diseñados para perros.

Un baño en el mar con tu perro puede ser de lo más divertido, pero tiene también sus riesgos, así que para tener buenos recuerdos, los días de playa no permitas que el perro nade demasiado lejos de vos, mantené corta la duración de los baños y, si hay aguas vivas u otros peligros en el agua, será mejor quedarse jugando en la orilla.

Si planeás bañarte en la pileta, no olvides poner una rampa para que el perro pueda salir del agua cuando esté cansado de tanto nadar.

Además, luego del baño secalo bien y, si se bañaron en la playa o en la piscina, una vez en casa enjuagarlo con agua dulce: te ayudará a eliminar los restos de sal o cloro que pueden dañar la piel y el pelo del animal.

Perros nadadores

Razas que adoran el agua:

Ciertas razas han sido criadas expresamente para desenvolverse en un medio acuático, aunque resulta indudable que ya tenían una inclinación genética por el agua. De hecho, hay algunos perros que tienen en sus patas una membrana interdigital que les facilita la tarea de nadar.

Así, esa peculiaridad anatómica ha sido aprovechada por el ser humano. En el caso concreto de los perros de raza labrador, esta afición por los chapoteos se explica porque en sus orígenes ayudaban a los pescadores de la isla de Terranova (Canadá) a retirar sus redes. También los cazadores delegaban en ellos la tarea de recoger las piezas de caza cuando estas caían al agua.

Estas son las razas de perro que no pueden evitar lanzarse al agua:

El labrador o golden retriever: esta clase de perros adora el agua y se caracteriza, además, por ser una raza muy atlética. Pueden nadar grandes distancias y se mantienen a flote con facilidad. Están dotados de una curiosa cola muy semejante a la de las nutrias que emplean como timón para variar el rumbo mientras nadan. Lo dicho: su genética les pide agua.

Otras razas amantes del agua son el setter inglés, el perro de agua portugués, perro de agua español, terranova, caniche y perro de agua francés o barbet. Para evitar que se extravíen se les puede poner un GPS que permite ubicarlos rápidamente.

 

at Redacción Mía

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