Los gatos son mascotas únicas, no solo por su especie, sino también por las características individuales de cada uno de ellos. Según la AAFP (American Association of Feline Practitioners) a partir de los 7 años un gato se considera según su etapa de vida maduro; a partir de los 11 años es senior y a partir de los 15 años, geriátrico.
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Cada una de estas etapas de vida trae asociados cambios en su organismo que, si bien en general pueden ser en un principio imperceptibles, son progresivos y suceden en diferentes órganos y sistemas del organismo al mismo tiempo.
Síntomas de envejecimiento:
Los primeros signos que se observan en los gatos senior es que se vuelven menos activos y duermen más; su capacidad de saltar disminuye; su apetito se reduce debido a múltiples causas como la pérdida de habilidades olfativas y posible dolor en las encías y/o dientes.
Es muy común que puedan sufrir problemas de visión y sus hábitos de acicalamiento también se modifiquen, por lo tanto, no sólo por su déficit en la absorción de nutrientes, sino también por esta modificación en su comportamiento, el pelo puede notarse desmejorado y la piel más fina.
Más cuidados:
Los gatos senior necesitan atención especial. Desde la estimulación de sus habilidades cognitivas hasta una adaptación especial en sus hogares y una elección especial en su soporte nutricional. A nivel cognitivo, los gatos senior atraviesan un proceso de senilidad, asociado a alteraciones en las células de su sistema nervioso y deterioro en la oxigenación del sistema nervioso central.
Los gatos mayores pierden peso, fuerza y volumen en sus masas musculares. La alimentación debe acompañar estos cambios en su organismo.
“La dieta para un gato senior debe ser rica en nutrientes específicos como proteínas de alta digestibilidad, ácidos grasos omega 3 como EPA y DHA y antioxidantes que contrarresten, en la mayor medida posible, los daños celulares asociados a la vejez” asegura la Dra. Amelia Gisbert, veterinaria, especialista en Medicina Felina y Docencia Universitaria Como las comidas que hacen suelen ser de pequeño volumen, también es recomendado que sea un alimento de alta concentración de energía y con un tipo de croqueta especial para facilitar la masticación.
Recomendaciones dietéticas:
La dieta para un gato senior deberá tener un aporte de fósforo bajo para evitar la sobrecarga de la función renal, deteriorada naturalmente en los pacientes de edad avanzada. "En el mercado de Argentina, existen alimentos específicos para los gatos senior” agrega Florencia Baguear, veterinaria, especialista en Nutrición en pequeños animales y manager del departamento de Comunicación Cientifica de Royal Canin.
Por otro lado, hay que promover una base de ejercicio regular para ayudar a mantener una mayor movilidad. “Los gatos senior necesitan en su hogar lugares cálidos, suaves y tranquilos para su descanso y acompañando su instinto natural es importante que continúen teniendo la posibilidad de acceder a lugares altos generándoles la posibilidad de encontrar pasos intermedios (almohadones o bancos como escalones) que les permitan llegar a sus lugares habituales en las alturas” asegura el Dr. Javier Céspedes, clínico veterinario.
Los controles de salud deben ser más frecuentes y será siempre el veterinario quien mejor nos asesore sobre cómo actuar ante el envejecimiento.
Trucos con la comida:
¿Cómo lograr que tu gato se adapte a la nueva alimentación? Los gatos mayores saben muy bien lo que quieren y lo que no. Hay veces en las que los gatos se niegan a comer esos alimentos adaptados a sus necesidades dietéticas. Pero ante estas situaciones existen algunos trucos para poder darles de comer.
Si tenés que hacer un cambio en la dieta es importante realizarlo poco a poco. Para que el gato se acostumbre a la nueva comida se la puede mezclar las primeras veces con un poco de su comida habitual. Los gatos son verdaderos expertos en seleccionar la comida, por lo que los alimentos húmedos resultan más fáciles de mezclar con los que el gato está acostumbrado.
Otro truco, por ejemplo, sería colocar un poco de atún debajo del nuevo alimento sin mezclarlo. ¡El gato no podrá resistirse! Si tu gato se niega rotundamente a comer la nueva comida consultá con tu veterinario.
Si tu gato empieza a comer menos, podés tratar de calentar un poco la comida húmeda antes de dársela, para que huela más y sea más tentadora. También podés poner un poco del agua de una lata de atún al natural para dar sabor al alimento.
Algunos gatos, sobre todo si tienen problemas dentales, preferirán la comida blanda y no querrán comer comida seca. Algunos gatos pueden necesitar una dosis extra de fibra: podés añadir a su alimentación habitual un poco de calabaza cocida, papas cocidas o avena cocida.
at Redacción Mía
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