Friday 19 de April de 2024
FAMILIA | 18-02-2013 22:09

Qué es el coaching de parejas

Cuando comienzan a realizar esa curiosa distinción entre “estar enamorado” y “quererte” suelen acudir a terapias de pareja con el convencimiento de que “algo les está pasando”. Desde hace ya algunos años y cada vez con mayor frecuencia esta consulta cambió hacia el Coaching Ontológico, una alternativa de enfoque no terapéutico que brinda excelentes resultados.

El coaching ontológico no observa a la pareja desde una mirada terapéutica, no juzga lo que está pasando, no aconseja ni propone qué tienen que hacer. Se centra en la transformación del observador, del protagonista de la acción porque visualiza al ser humano construyéndose a sí mismo, en el fluir de un presente en continuo cambio. Por eso mismo, el foco de su trabajo no está puesto en la corrección del pasado sino en el diseño de futuro. Veamos cómo trabaja.

Habitualmente, las parejas relatan qué les pasa o qué les pasó focalizándose en la característica más conocida del lenguaje: la descriptiva. Pero sucede que en cada ocasión, desde los juicios, hacemos que el pasado siga ocurriendo en el presente, generando estados de ánimo de resignación (“haga lo que haga, nada va a cambiar”) o de resentimiento. Un ejemplo clásico de ésto es: “sos infiel”, refiriéndose a un hecho ocurrido en el pasado, que no es perdonado y que genera la misma emoción como si ese hecho estuviera sucediendo en el presente y la permanencia del mismo hacia el futuro. El “sos infiel” remite a la esencia y permanencia del observador que juzgó el hecho, en el pasado. Sin embargo, podemos hacer que en el presente también ocurra el futuro, planteándolo desde las declaraciones y las acciones que nos comprometemos a hacer para crearlo. Cuando las parejas se centran allí, en “lo que vamos a hacer juntos”, surgen proyectos, iniciativa, creatividad y entusiasmo.

El pasado puede completarse desde la aceptación, el perdón y la compasión. Pero el futuro surge como co-creación con la pareja y las acciones son co-laborativas desde al amor, el reconocimiento y la libertad de ser.

Las parejas habitualmente hablan acerca de quién fue el otro, por lo que sin querer, lo están juzgando, comparándolo con un estado ideal. El diseño de futuro, en cambio, requiere mirarse desde la posibilidad que ambos son. Por eso, el Coaching trabaja en el desarrollo de nuevos hábitos de diálogo, apelando a la capacidad del lenguaje para generar nuevas realidades.

Las causas más comunes de consulta de las parejas son la falta de proyecto común, conflictos en observarse mutuamente como la posibilidad de ser otro, el sostener discusiones habituales o tener problemas de relación con los hijos. Y las dificultades más tradicionales son la falta de comunicación, el hastío, el desencuentro sexual o la sensación de rutina. Todas estas situaciones problemáticas pueden abordarse desde el diseño de conversaciones, emociones y disposiciones corporales. Para resolverlas, el coaching trabaja tanto con la pareja como con sus integrantes en forma individual porque tiene una perspectiva sistémica. A partir de esta visión, los cambios y transformaciones de cada uno modifican el comportamiento del otro y también de la pareja como sistema.

Cabe señalar que las posibilidades del coaching en este campo tienen un límite: la conducta (individual o conjunta) que manifieste trastornos psíquicos, por lo que requiera tratamiento psiquiátrico. No obstante, el coach puede trabajar como complemento de todo tipo de terapia psicológica o psiquiátrica ya que no invade el campo de estos profesionales y ha sido de gran ayuda acompañando terapias por síndrome de bipolaridad aguda, ataques de pánico y fobias.

*Director de ELAC (Escuela Latinoamericana de Coaching)

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