Licenciada en Psicología, recibida en la Universidad de Buenos Aires, Valeria Becerra tiene un posgrado en terapias focalizadas de orientación cognitiva y es especialista en Trastornos de Ansiedad. Certificada en Disciplina Positiva, se dedica a la atención clínica de niños, adolescentes y adultos, así como a la orientación a padres desde la mirada de la crianza respetuosa.
El tiempo y la maternidad
Desde 2016, es Directora del Equipo TEC- Terapias Eficaces para el cambio. Acaba de publicar su libro Psicoguía para padres, de Editorial Urano, y conversamos con ella acerca de su nueva obra y el difícil arte de la educación de los hijos.
- ¿Cuáles son las preocupaciones más comunes de los padres de hoy?
Accesorios románticos y divertidos
Desde siempre, la preocupación pasa por el bienestar de sus hijos, que puedan adaptarse socialmente, aprender y crecer felices, pero en la actualidad existen otros desafíos a los que los padres deben adaptarse. El uso de la tecnología en edades cada vez más tempranas, hace que los “mapadres” ya no sean los únicos que brindan información a sus hijos sobre el mundo y aparezcan nuevas situaciones alarmantes, como el acoso (bullying) virtual, la exposición a la pornografía o la adicción a los videojuegos.
Los niños acceden de primera mano a gran cantidad de información para la que, por su grado de madurez emocional, pueden no estar preparados para asimilar o comprender. Conocer la importancia de limitar el uso de las pantallas es una necesidad para cualquier padre moderno. Debemos salir de la preocupación y pasar a la acción; evitar el uso de la tecnología los primeros años de vida y en niños mayores, controlar su uso con aplicaciones que bloqueen el contenido inapropiado, no dejar que se conecten solos y limitar su uso diario para que el juego libre siga siendo el protagonista en la vida del niño/a.
- ¿Cómo encarar, por ejemplo, la adicción a la tecnología?
Colegio en casa: Ayudar a los chicos a aprender
La tecnología no es mala en sí misma, es el uso o abuso que le damos lo que puede ser el comienzo de un trastorno psicológico. Lo mejor, siempre, es prevenir. En la Argentina ya vemos niños de 7 u 8 años con su propio teléfono, o que pasan más de dos horas diarias jugando videojuegos o viendo videos en YouTube. No se trata de prohibir completamente, ya que la tecnología vino para quedarse, sino de entender que las pantallas no cubren las necesidades de un niño en desarrollo; los chicos necesitan moverse para conocer su cuerpo, socializar y/ o aprender a resolver problemas concretos en situaciones cotidianas. Podemos detectar que nuestro hijo presenta una adicción a la tecnología cuando pierde la noción, miente u oculta cuánto tiempo estuvo conectado. Además, puede presentar irritabilidad, cambios de humor, y desinterés por hacer otras actividades, y eso lo lleva a desatender obligaciones o tareas.
Aromas para ser feliz
Si detectamos estas conductas, es importante plantear un cambio comenzando por evaluar la relación que tenemos nosotros como “mapadres” con la tecnología, sincerarnos sobre cuántas horas libres dedicamos a mirar televisión, a chequear redes sociales y/o a jugar a videojuegos. Los niños aprenden de lo que ven. Los padres que tienen un uso excesivo de pantallas inconscientemente suelen alentar en sus hijos a que hagan lo mismo y también suelen descuidarse al momento de registrar el tiempo que el niño estuvo conectado. Tener días libres de pantallas y propiciar las actividades al aire libre con pares es lo ideal, pero también podemos usar la tecnología para ver contenidos educativos o compartir un juego juntos en familia. Lo recomendable es encontrar un equilibrio entre la vida digital y la vida real.
El logro de tener un hijo
- ¿Cómo criar a los chicos hoy?
Cómo poner límites a los chicos
En mi libro Psicoguía para padres menciono un kit básico para una crianza exitosa:
Mellizos: Guía para criarlos en forma individual
Seguridad: estar disponible para sintonizar con las necesidades del niño/a, brindar refugio y protección.
Respeto: criar priorizando las emociones y necesidades del pequeño al momento.
Empatía: conectar con el propio niño interior para comprender qué quiere o necesita tu hijo.
Alegría: fabricar momentos felices, disfrutar con ellos, enseñar la alegría de las pequeñas cosas para evitar la confusión y asegurar el bienestar familiar.
Mirada realista: tener expectativas realistas de acuerdo a la singularidad de cada niño y a su momento de desarrollo, sin sobreexigencias ni comparaciones.
Resiliencia: ser capaces de adaptarnos con flexibilidad a las situaciones adversas y brindar herramientas para que los niños también puedan hacerlo. La crianza puede ser un camino de autodescubrimiento si la tomamos como una oportunidad.
- ¿Un consejo final?
Hoy sabemos que la mejor manera de acompañar a nuestros hijos es siendo conscientes de la importancia de guiarlos desde el respeto, validando sus emociones y buscando entender qué hay detrás de su comportamiento. Esto requiere amor, paciencia y tiempo. Este esfuerzo cotidiano brindará sus frutos cuando tengamos cada vez más niños que devengan en adultos con inteligencia emocional y empatía al momento de relacionarse con los demás. Podemos construir un mundo más compasivo, y la tarea comienza en nuestra casa.
Contenidos del libro:
¿Te cuesta enfrentar los temores y preocupaciones de tu hijo?
¿Reconoces cuál es tu estilo de crianza? ¿te considerás un buen padre? Valeria Becerra, licenciada en Psicología y especialista en la atención clínica de niños, nos invita a navegar en esta práctica guía, que aborda las preocupaciones más comunes de los padres de hoy: adicción a la tecnología, educación sexual, bullying, trastornos de ansiedad e hiperactividad, entre otros.
En Psicología para padres encontrarás todas las respuestas y las herramientas que necesitas para llevar a cabo una crianza exitosa.
at Redacción Mía
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