Tuesday 3 de December de 2024
SALUD | 08-01-2021 12:55

Vitamina D para los huesos

Se produce cuando la piel se expone directamente al sol y cumple una función importante en la absorción del calcio. También está en los alimentos. Conocé sus funciones y cómo obtenerla.

Es una vitamina liposoluble que se almacena en el tejido graso del cuerpo y es de suma importancia porque ayuda al organismo a absorber el calcio, siendo éste y el fósforo dos minerales esenciales para la formación normal de los huesos.

Durante toda la niñez, el cuerpo utiliza estos minerales para producir huesos. Si no se obtiene suficiente calcio o si el cuerpo no absorbe el calcio suficiente de la dieta, la producción de hueso y los tejidos óseos pueden resentirse. Además en esta pandemia alcanzó mayor importancia ya que los estudios determinaron que la deficiencia de vitamina D parecía aumentar el riesgo de contagio de covid.

Vitamina D para los huesos

Sus funciones:

Es la encargada de que el cuerpo asimile todo el calcio que se ingiere a través de la alimentación.

Participa en la formación y consolidación de huesos y dientes.

Contribuye en la prevención de los resfríos.

Facilita la asimilación de la vitamina A.

Ayuda al tratamiento de la conjuntivitis.

Se estudia su participación en la prevención de enfermedades del riñón. Aumenta la absorción intestinal del fósforo.

Puede ayudar a postergar el deterioro mental que acompaña a la vejez.

Ayuda a conciliar el sueño. Su déficit puede llevar a los adultos a tener osteoporosis y a los niños raquitismo. La dosis diaria que se recomienda es de 15 mcg en niños y 20 mcg en adultos.

Vitamina D para los huesos

Fuentes naturales:

De 10 a 15 minutos de exposición al sol tres veces a la semana en el horario de 10 a 16 horas son suficientes para producir los requerimientos corporales de esta vitamina.

Es necesario que el sol se pose sobre la piel de la cara, brazos, espalda o piernas (sin protector solar) unos quince minutos diarios.

En los alimentos se la puede encontrar en productos lácteos como el queso, la manteca, crema de leche y la leche enriquecida; proteínas como el pescado graso (atún, salmón y caballa) y ostras; cereales, margarina y leche de soja (también enriquecida o fortificada con esta vitamina).

at Redacción Mía

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