La saliva es algo muy importante y, como ocurre muchas veces, solo es cuando nos falta que nos damos cuenta. Existen varios motivos por los que se nos seca la boca. Pero cuando esta es una situación constante, el llamado trastorno de la boca seca o xerostomía, puede ser algo más que incómodo y traer complicaciones.
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La boca está regada por tres glándulas que almacenan la saliva. La función principal de este fluido es ayudarnos a deglutir los alimentos, por eso aparece en mayor cantidad cada vez que pensamos en comida.
Las principales causas para que exista una falta de saliva temporal son:
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Deshidratación: El 95 por ciento de la saliva es agua. Si no bebemos suficiente, tampoco tienen suficiente agua las glándulas salivares para producir saliva.
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Nerviosismo: En situaciones de estrés se contraen los vasos sanguíneos que van a las glándulas. Por lo tanto, no reciben tanta agua con la sangre y no pueden producir saliva. Esta se vuelve pastosa o simplemente no sale. Por eso, cuando estamos nerviosos se nos seca la boca.
Xerostomía constante:
Hay otras causas que pueden hacer que el problema sea más continuado, y que tengamos que buscar medidas para solucionarlo.
Medicamentos: algunos fármacos para combatir la ansiedad y la depresión tienen la boca seca como efecto secundario.
Diabetes: también puede provocar la xerostamía.
Síndrome de Sjögren: es una enfermedad que provoca falta de hidratación general en las mucosas: sin salivación y ojos secos, y en las mujeres sequedad vaginal.
Cálculos: al igual que en la vesícula y el riñón, los conductos salivares pueden verse obstruidos.
Consecuencias:
La mayoría de los problemas de boca seca son esporádicos y sin mayores consecuencias. Algunas de ellas pueden ser:
Menos protección: La saliva contiene lisozima, que es un bactericida. Elimina parte de los gérmenes que intentan entrar en el cuerpo por la boca. Si no hay saliva, quedamos más expuesto a las infecciones.
Problemas de caries, encías y llagas: La saliva protege los dientes y encías.
Soluciones:
La hidratación es fundamental para asegurarnos de que las glándulas salivales pueden actuar con normalidad. Beber dos litros de líquido al día.
Conviene beber agua de forma regular en pequeños sorbos a lo largo de todo el día para que vaya hidratando la boca.
Existen chicles y gotas, que se pueden adquirir en las farmacias, pensadas expresamente para fomentar la salivación. (Hay que consultar con el médico antes de tomar cualquier medicación).
En caso de padecer diabetes, cálculos o síndrome de Sjögren, se deberá consultar al médico para tratar estas afecciones.
at Redacción Mía
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