Si bien se trata de una adicción relativamente nueva para la historia de la humanidad, se incrementó notablemente durante la pandemia y ahora ya no hay excusa para no estar conectado. Somos adictos durante el período laboral y también durante las vacaciones. Por eso es importante aprender a relacionarnos sanamente con la tecnología.
Algunos síntomas de preocupación son cuando la ansiedad comienza a ser marcada, definida, persistente, generando una necesidad urgente por tener que rechequear, el celular o la tablet, una y otra vez en cortos periodos de tiempo, o utilizar una determinada app, como ser un juego. Otra señal de alerta es cuando sentimos que el uso del smartphone o la tablet, regla el funcionamiento de nuestra vida a tal punto de traernos problemas a nivel laboral, socioafectivos y de salud.
La Lic. María Cecila Palozzo (MN 34964), del staff del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) recomienda: "tratar de limitar el uso de los smartphones o tablets, prolongando el tiempo entre los chequeos de los mismos, incluir una rutina de actividad física, proponernos apagarlos a un horario determinado antes de irnos a dormir, son simples actitudes que podemos empezar a cambiar para disponer mejor de la tecnología".
Tratamiento:
"Cuando afecta la vida cotidiana, cuando se dan síntomas físicos y psíquicos hay que consultar a un especialista porque estos trastornos de ansiedad van evolucionando con el tiempo y no se pueden resolver de otra forma que no sea con un tratamiento adecuado, como la terapia cognitivo-conductual", indica la Lic. Gabriela Martínez Castro (MN 18627), directora del CEETA y especialista en trastornos de ansiedad.
En el caso de los chicos, "es importante que los padres les pongan límites y que los incentiven a través de otros recursos para que, movilizados por el aburrimiento, utilicen más su creatividad", dice Martínez Castro.
Según los especialistas la clave es aprender a controlarse, desprenderse de la tecnología de forma gradual, afrontar de forma aislada las sensaciones y pensamientos negativos derivados de este padecimiento como pueden ser las crisis de pánico.
Para prevenir este problema, se recomienda a los padres evitar que los hijos tengan conexión a la red desde su habitación y establecer horarios para de uso. Hay que separar momentos. La noche es para dormir y, por lo tanto, el móvil debe de estar apagado; del mismo modo, que la cena es para comer y no para estar con el móvil.
at Redacción Mía
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