Tuesday 10 de December de 2024
SALUD | 29-03-2022 08:27

Rabanitos, un alimento terapéutico

Quién no dijo alguna vez "me importa un rábano" para expresar algo de poca importancia. Sin embargo, después de conocer las propiedades de esta hortaliza, dejarás de usar esa expresión: es una aliada de nuestra salud.

Nutritivos:

Es una de las hortalizas con más agua, casi un 95%. Apenas aporta proteínas ni grasas, y su porcentaje de hidratos de carbono es también bajo. Pero se destaca en potasio (255 mg/100 g), en vitamina C (27 mg) y en folatos (27 mcg). La vitamina C es antioxidante, por lo que previene numerosas dolencias, e interviene en la formación de glóbulos rojos y del colágeno que precisan huesos y tejidos.

Multiminerales:

Contiene potasio, necesario para la regeneración y transmisión del impulso nervioso y la actividad muscular, también algo de calcio, fósforo, hierro, magnesio y azufre, que le otorga su característico sabor picante.

Curativos:

Es un auténtico tesoro para la salud por sus propiedades depurativas, digestivas, antibióticas y anticancerígenas. Está especialmente indicado si se padecen enfermedades hepatobiliares, hipertensión, infecciones recidivantes, alergias, anemia, artritis, hipertiroidismo o procesos degenerativos (cáncer, esclerosis múltiple…), pero también es efectivo ante las digestiones pesadas y el estreñimiento, para facilitar el sueño o mejorar la piel.

Para las defensas:

El rábano pertenece a la familia de las brasicáceas (o crucíferas, como las coles o berros), por lo que comparte con estos alimentos su acción antimicrobiana, antioxidante, expectorante, depurativa, inmunoestimulante y anticancerígena.

Antirretención:

Al ser rico en agua es un buen diurético que propicia la micción y con ello la eliminación de líquidos retenidos en el cuerpo. Favorece, además, la depuración de la sangre y la limpieza de las mucosas gástrica, urinaria e intestinal. Es un alimento muy recomendable en caso de hipertiroidismo; en cambio, si se sufre hipotiroidismo hay que controlar su consumo.

En la cocina:

El uso más común de los rábanos es en ensalada, más aun cuando están tiernos, pero también pueden cocinarse. Su sabor es vivaz, picante, más o menos suave según la variedad y el momento de la cosecha. Al pelarlos, tomarlos frías de la heladera o someterlos a cocción se suavizan. Los rábanos de primavera y los de verano son ideales para consumir con piel. Los más grandes, de otoño, no suelen consumirse crudos y es mejor pelarlos.

at Redacción Mía

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