"Cuando hablamos en cosmética de los beneficios que nos puede aportar un antioxidante como esta vitamina, no nos referimos a tomar cada mañana un vaso de jugo de naranja exprimido, sino de aplicarla directamente sobre nuestra piel", explica la Dra. Johanna Furlan, cirujana estética MN 122.975.
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La vitamina C o ácido ascórbico en términos nutricionales, está involucrada en la mejora del sistema inmunitario. En concreto, lo que hace la vitamina C es intervenir en la producción de glóbulos blancos, que actúan ante las posibles infecciones del organismo. Pero también es considerada uno de los mejores ingredientes antienvejecimiento, activa la síntesis de colágeno, una proteína necesaria para la regeneración de la piel, como destaca el National Institutes of Health estadounidense, con lo que su uso continuado ayuda a prevenir y reducir las líneas de expresión y las arrugas.
"Se sabe que la vitamina C no puede ser sintetizada por el propio organismo, por lo que debe obtenerse mediante la alimentación o por vía tópica. Tanto interna como externamente actúa como un potente antioxidante, ante agentes externos que pueden resultar tan perjudiciales como la contaminación ambiental, el tabaco o los rayos solares (exposoma). La razón es que cuenta con una gran capacidad de unión a los radicales libres del oxígeno, que son responsables de la oxidación de las células. Por eso se oxida rápido y por eso se dice de ella que es inestable. Cuando se oxida se oscurece, de igual manera que lo hace una naranja abierta a temperatura ambiente al cabo de un rato. Ese es el principal beneficio, pero también el mayor riesgo de la vitamina C: que puede pasar de ser antioxidante a oxidante" afirma la especialista.
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¿Cómo actúa en la piel? En cosmética, la vitamina C es uno de los activos de los que más se viene hablando en estos últimos años. Las marcas de tratamientos cosméticos han lanzado productos basados en ella en diferentes formatos. "Uno de los mayores aportes de esta vitamina es que contribuye a la síntesis de colágeno, mediante la unión de aminoácidos, y a que los restos de elastina no se acumulen sobre la superficie dérmica. Tanto el colágeno como la elastina componen la red tridimensional sobre la que se sustenta la piel, por lo que la vitamina C ayuda a combatir las arrugas", señala la doctora Furlan y detalla todos lo que puede hacer esta vitamina, que en los alimentos se encuentra en los cítricos, pimiento, kiwi, entre otros vegetales.
Sus beneficios:
Unifica el tono de la piel.
Atenúa las arrugas de expresión, gracias a la síntesis de colágeno y elastina.
Aumenta la elasticidad.
Tiene acción despigmentante sobre manchas oscuras.
Es un reparador epidérmico: atenúa cicatrices como las del acné.
Aporta luminosidad, minimiza irritaciones, defiende a la piel de las agresiones externas (como la polución).
Hace más efectiva la absorción de otras cremas y trabaja desde las capas profundas de la piel, con lo que mejora su calidad.
Con el tiempo deja una tez más lisa, más luminosa y más uniforme. Y aunque sus beneficios se pueden obtener a través de la dieta, el uso de sueros y otros productos tópicos son la forma más directa de aplicarlos al cuidado de la piel.
Su relación con el sol:
La melanina es la responsable de dar color a nuestra piel, pero también provoca las manchas que aparecen debido a la exposición solar, sobre todo a partir de una cierta edad. Cuando se ven en el rostro, todas las alarmas suelen dispararse. Pero no es necesario esperar a que llegue ese momento para comenzar a utilizar la vitamina C.
"Su función es actuar sobre la enzima precursora de melanina, inhibiendo su acción, pero sin llegar a bloquearla. También se cree que la vitamina C causa manchas en la piel. Cuando se usa ácido ascórbico en altas concentraciones (en cosmética no está permitido formularlo a más de un 15 por ciento) puede causar reacción en pieles muy sensibles y, en caso de tener el poro muy abierto, si no penetra bien en la piel, al oxidarse adquiere ese color naranja amarronado que mancha el poro, por eso es fundamental la consulta con el médico, para la evaluación del tipo de piel y el tratamiento a realizar", explica la doctora.
En cosmética las mejores concentraciones de vitamina C oscilan entre el 15 y el 20 por ciento (a partir del 15 por ciento, la fórmula cambia), aunque algunas pieles sensibles pueden presentar reacciones con concentraciones superiores al 10 por ciento. La concentración que nos garantiza efectos sobre la piel es a partir del 12 por ciento.
Rutina de belleza:
La doctora Furlan nos indica cómo utilizar correctamente la vitamina C:
Es recomendable usar los productos con vitamina C por la mañana, a modo de sérum, antes de aplicar la crema hidratante y luego de la limpieza del rostro. De esta forma podremos disfrutar de todos sus beneficios durante el día en nuestra piel.
El último paso siempre debe ser usar protección solar, para evitar que la acción de la radiación solar y el aire oxide la vitamina C. En los casos en los que el producto tiene un alto porcentaje del activo, podemos optar por usarlo en la noche.
El formato ideal y que mejor capaciefectividad es inmediata. dad de absorción y penetración garantiza es el sérum, ya que el principio activo que contiene (en este caso, la vitamina C) va formulado en un tamaño de partícula más pequeño que alcanza niveles más profundos de la piel.
El sérum se aplica siempre en cantidades pequeñas (con gotero) y su absorción y efectividad es inmediata. Los frascos de sérum, suelen ser oscuros, para evitar que la luz oxide la vitamina C.
Trucos para que funcione mejor:
Lo primero por la mañana: antes que nada hay que aplicarse la vitamina C: sobre la piel limpia, dejar que se seque unos minutos. A continuación, poner el fotoprotector. Esto suele ser suficiente para pieles mixtas y grasas. En quienes requieran un plus de hidratación, se puede aplicar primero un sérum con vitamina C, después una crema hidratante y finalmente el fotoprotector. El motivo es que así creamos una barrera protectora antioxidante contra el estrés oxidativo al que nos enfrentaremos durante el día.
Para todas las pieles y para toda la vida: aunque la piel presenta necesidades diferentes a lo largo de los años, la vitamina C es un ingrediente tan completo que se recomienda utilizar desde los 20 a los 100 años. Es apta para todo tipo de pieles, jóvenes y maduras, secas, grasas, mates o cansadas, eso sí, no en todas las etapas de la vida se debe utilizar en la misma fórmula ni con la misma concentración. Ahí está la clave.
La vitamina C se puede mezclar con... A diferencia de otros ingredientes, la vitamina C es fácil de combinar con otros compuestos, e incluso gana en efectividad. Funciona bien con otros antioxidantes como la vitamina E, el ácido ferúlico, la vitamina B y el ácido hialurónico.
Ayuda a combatir las manchas: aunque la vitamina C no actúa directamente sobre las manchas, como sí lo hacen los despigmentantes, lo que sí contribuye a reducir la síntesis de melanina, lo que mejora la calidad de la piel. En resumen: es eficaz para controlar la aparición de manchas y también para obtener un tono de piel más homogéneo.
Tres cítricos clave:
En el mundo hay muchos cítricos, pero ninguno como el limón, la naranja o la lima en cantidad de vitamina C. Incorporarlos a tu dieta.
El limón: la vitamina C junto a las propiedades de este cítrico, es capaz de aclarar la piel y ayudar a matizar las manchas del rostro y del cuerpo.
La naranja: la vitamina C en combinación con sus propiedades, puede ayudar a restituir el tono y los desniveles de marcas generadas por acné, sol y quemaduras. Facilita, además, la renovación celular y es un gran productor de colágeno.
La lima: ayuda a combatir las manchas provocadas por la edad, además de eliminar las células muertas de nuestra piel, como si fuera un exfoliante suave natural.
Fuente:
Dra. Johanna Furlan
Cirujana Estética MN 122.975
at Silvia Pardo
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