Nuestro cuerpo está diseñado para moverse, por eso, cuando se encuentra mucho tiempo en una posición incorrecta, empieza a resentirse. "Dolores de espalda y cuello aparecen de inmediato, la columna vertebral pierde su función principal, al no tener que soportar el peso del cuerpo, y sufre consecuencias.
Dry Brushing: Cepillado en seco anticelulitis
Por estar sentados largos periodos, se genera un mayor índice de masa corporal y un aumento del perímetro de cintura, y esta posición afecta la circulación de las piernas que favorece la aparición de várices como también de celulitis. Si bien sabemos que la genética es un factor determinante -que afecta en un 20 por ciento-, los factores externos como la falta de ejercicio, una dieta desordenada y malos hábitos posturales representan el 80 por ciento de su aparición", explica Natalia Achitte, técnica en Dermatocosmiatría y esteticista corporal.
Efectos en la piel:
En el cuerpo, las consecuencias son evidentes, pero el uso excesivo del celular o de la computadora, así como la mala postura en el día a día, también pueden causar efectos en la piel. Según Achitte estos son los más frecuentes:
La postura cervical incorrecta colabora con la acentuación de la papada y con la aparición de arrugas en el anillo del cuello.
Mantener la vista fija frente a la luz azul de las pantallas hace que empiecen a marcarse líneas de expresión como la arruga vertical del entrecejo, en el contorno de ojos las líneas de rift o patas de gallo, y en la frente, a causa del movimiento provocado de los músculos faciales.
Esa misma contaminación lumínica genera deshidratación y aumento de radicales libres, lo que produce flacidez y opacidad en la piel, entre otros efectos.
El sedentarismo contribuye a la formación de celulitis, la piel se presenta áspera y con disminución de la elasticidad.
Cómo incide en la salud:
Una mala postura, con el cuerpo inclinado hacia delante o exageradamente derecho, dificulta la respiración y puede generar lumbalgia, escoliosis y lordosis (dos desviaciones de la columna); comprimir los órganos de la digestión y provocar molestias digestivas.
Además, existe una corriente, la embodied cognition (traducida como "pensamiento corporal"), que explora la relación entre la posición de nuestro cuerpo y nuestras emociones, y nos dice que nuestra forma de interpretar y de sentir está muy vinculada a la postura corporal que adoptamos.
Beneficios de una buena postura:
Ayuda a balancear el cuerpo.
Evita el envejecimiento y flaccidez de la piel del rostro.
Levanta la autoestima. Estiliza y aporta elegancia.
Aplana el abdomen y eleva el busto.
Al contraer el coxis, la pelvis se endereza y automáticamente el vientre también. Con una postura erguida el busto se mantiene más firme y puede restar hasta dos kilos en la imagen corporal.
Previene desviaciones de columna, tensiones y dolores de espalda.
Evita tener lumbago y dolores de cuello. Además de otras complicaciones cervicales.
Transmite confianza y seguridad.
Cuando se mantiene el cuerpo erguido, se envía una señal al cerebro de que las cosas están bien.
Evita el cansancio y la fatiga crónica.
Al repartir el peso del cuerpo en forma uniforme, se mejora la oxigenación y el estado de ánimo.
Contribuye a una mejor respiración. Aumenta la capacidad pulmonar y mejora la circulación.
Se evitan enfermedades que pueden producirse por una mala postura o tensiones.
Permite gastar menos energía.
El cuerpo se oxigena y al estar equilibrado se optimizan las funciones del organismo.
La mejor prevención:
Natalia Achitte comparte pequeñas acciones que podemos hacer para ayudar a tener una piel saludable cuando estamos trabajando con la compu:
Medir los tiempos: cada veinte minutos, quitar la vista de la pantalla y mirar un punto fijo por fuera de la misma. Y cada media hora ¡a pararse! Ponerse de pie, estirar los brazos, la espalda e intercostales y caminar.
Acondicionar el espacio de trabajo para tener una mejor postura: ubicar las pantallas a la altura de la vista, y el teclado y el mouse a la altura correspondiente a brazo y hombro.
Hábitos saludables: hacer actividad física, mantener una alimentación variada y un buen descanso de al menos ocho horas de sueño.
Evitar las duchas largas y con agua muy caliente que resecan la piel: optar por el agua tibia o fría que ayuda a músculos y articulaciones.
Hacer técnicas de relajación, automasajes o rutinas de belleza para desestresarse.
En el caso de la celulitis es recomen dable estimular la movilidad, incorporar hábitos saludables e incluir una correcta rutina de cuidado corporal, con productos de higiene específicos. Se recomienda utilizar productos con ácido glicólico (AHA´s), incluir productos de tratamiento e incrementar la hidratación.
Qué hacer para estar erguidos:
La postura se entiende habitualmente como la estrategia empleada por nuestro sistema neuromuscular y esquelético para permanecer en equilibrio, reaccionando contra la fuerza de la gravedad de la forma más económica posible. Para tener una buena postura se necesita:
Realizar actividad física y deportes porque permiten mantener un peso saludable.
También son efectivos los ejercicios localizados para fortalecer la musculatura y en consecuencia, mejorar la postura.
Mantener una buena alimentación también es importante, dado que las personas con sobrepeso tienden a torcer su cuerpo.
Dormir boca arriba o de costado. La posición boca abajo aumenta la curvatura lumbar y tensiona el cuello. Se recomienda que el colchón sea firme.
El bolso o cartera no deben ser muy pesados. Se calcula que tiene que tener un diez por ciento del peso del cuerpo.
Usar un taco medio. Así se llevan los hombros atrás y se evita la posición encorvada.
Para tener en cuenta:
La espalda sufre si la mantenemos mucho tiempo en posturas antinaturales y forzadas. Recordar la “regla del 15”, es decir, cambiar de postura cada 15 minutos.
Al estar de pie: apoyarse en una pierna y flexionar la otra alternativamente. Si es posible, caminar unos pasos. Haciendo estos pequeños movimientos dolerán menos las lumbares, las piernas y los pies. Esto va a ayudar también a activar la circulación sanguínea, lo que mejora la celulitis.
Sentado: al estar trabajando, pegar la espalda y la cola al respaldo de la silla. Si es posible, usar un apoyapiés y poner los antebrazos en la mesa de trabajo. Si estás descansando, pasá del sofá a una silla, de la silla al sofá, mové un poco las piernas… Tu espalda sufrirá menos la compresión lumbar.
En la cama: si vas a leer, es mejor que te sientes con las piernas un poco flexionadas sobre el colchón y te recuestes sobre unos almohadones que te permitan mantener la espalda erguida, con comodidad. Enderezate un poco y mové las piernas. Tratar de dormir de costado, en posición fetal, con una almohada de altura media que rellene el hueco que hay entre el hombro y el cuello.
Deportes y actividades:
Permanecer inactivos lleva a que la musculatura abdominal y de la espalda se atrofia en y se debiliten, proceso que se acelera con la edad. El mejor modo de prevenirlo es fortaleciendo la musculatura. Actividades recomendadas:
Nadar: Elonga y tonifica la musculatura de las piernas, brazos y espalda.
Yoga: otorga flexibilidad y relajación.
RPG (reeducación postural global): Ejercicios para elongar todas las cadenas musculares del cuerpo.
Danza: Otorga estiramiento y flexibilidad corporal.
Gimnasia: Ejercicios localizados de tensión y estiramiento son efectivos para mantener la postura erguida.
Cuidados faciales: Una rutina para aplicar a diario
Para combatir los signos del envejecimiento prematuro por la mala postura y exposición a pantallas en el rostro Natalia Achitte recomienda:
Protegerse de la luz azul: elegir antioxidantes y productos que combatan los radicales libres y eviten las arrugas producidas por contracción muscular reiterada.
Hidratar, humectar y proteger: utilizar componentes como el ácido hialurónico para hidratar y retener la humedad del rostro. Además, es fundamental el protector solar, el gran aliado antienvejecimiento prematuro.
Masajes faciales: arrastran las toxinas que impiden mantener una piel saludable. Para realizarlos, se pueden utilizar productos emolientes, antioxidantes y drenantes.
Asesoró:
Natalia Achitte, técnica en Dermatocosmiatría y esteticista corporal, Capacitadora profesional de Lidherma.
at Silvia Pardo
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