Los aceites corporales son perfectos para hidratar la piel tanto del rostro como del cuerpo durante todo el año. Además de dejarla suave, con un delicado acabado satinado, estos aceites refuerzan la función barrera de la piel, ayudando a su regeneración y a retrasar su envejecimiento.
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Todos incluyen mezclas de diversos aceites vegetales y proporcionan una experiencia sensorial muy placentera, que permite disfrutar de unos minutos de bienestar y relajación.
Sin embargo, nos puede asaltar la duda de que luego de su aplicación nos dejen una sensación pegajosa o brillos indeseados en la piel, pero lo cierto es que bien aplicados, no producen estos efectos. Todo lo contrario, resultan ser muy buenos aliados para hidratar en mayor profundidad la dermis, para suavizarla e incluso para tratarla según sean nuestras preocupaciones, pero para ello, primero hay que saber bien para qué sirven los aceites, cómo usarlos, cuáles elegir según nuestras necesidades y en qué errores no debemos incurrir.
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En principio, es importante saber que al ser muy nutritivos e hidratantes los aceites son perfectos para pieles secas y muy secas. En cuanto a los aceites para el cuerpo son ideales para nutrir la piel después de la ducha o el baño. En resumen, son un mimo sensorial, por su perfume y por su efecto beneficioso para la piel tanto faciales como corporales.
Cómo usarlos en el rostro:
Cuál es el momento adecuado dentro de la higiene facial en los que se los debe aplicar son una de las dudas más habituales a la hora de utilizar aceites.
Siempre hay que tener en cuenta la máxima de que los productos deben aplicarse de más livianos a más espesos. Por lo tanto, el orden sería limpieza facial, contorno de ojos y luego el aceite, aunque si empleamos un producto de tratamiento como un ácido o retinoide (en sérum), éste iría luego de la limpieza, dejando unos 10-15 minutos para que actúe y penetre en la piel. Pasado este tiempo, se puede aplicar el aceite como agente hidratante y reparador.
A este orden básico, se pueden añadir más pasos, por ejemplo, una vez que la cara está limpia se puede rociar con una bruma y, luego, aplicar el aceite sobre la piel humedecida. Al masajear, se crea una emulsión que mejora la penetración del aceite. Además de evitar la sensación pegajosa, se notarán los beneficios del masaje, que activará la circulación sanguínea.
Otra cuestión a tener en cuenta es que solo se necesitan entre dos y cuatro gotas de aceite (no hay que abusar de las cantidades) y calentarlas entre las manos, luego aplicar con suaves presiones de las palmas, sobre cara, cuello y escote, dejando que su mezcla aromaterápica nos envuelva sensorialmente.
Cuál usar según la piel:
Los indicados según el tipo de piel son los siguientes:
Para pieles secas: de argán, almendras dulces, marula y onagra (primrose).
Para pieles normales: escualano, jojoba y marula son excelentes opciones porque no son pesados.
Para pieles mixtas: si no se tiene tendencia al acné pero sí piel mixta, el aceite de cáñamo o combinado con agua de neroli.
Para pieles grasas (o con acné): el aceite de cilantro o jojoba serán los más acertados gracias a sus propiedades seborreguladoras. En estas pieles se produce un exceso en la secreción de sebo y estos dos aceites, por mecanismos celulares, son capaces de controlar este exceso y devolver a la piel el equilibrio que necesita. Así también se recomienda el ácido linoleico, porque el omega 6 actúa como un seborregulador que por su elevada capacidad humectante, puede ayudar a equilibrar las pieles grasas e incluso es adecuado en pieles acneicas, ya que se ha comprobado que tienen un déficit del mismo.
Para pieles sensibles: una buena opción será usar agua de hamamelis con aceite de macadamia. La pregunta del millón: ¿obstruyen los poros? Cuantos menos ácidos grasos saturados contiene el aceite, mejor para las pieles grasas. Aceites como el de jojoba son no comedogénicos, lo que significa que no tapan los poros de la piel, dejándola transpirar. Por ejemplo, el aceite de coco es muy comedogénico por lo tanto no se recomienda su uso en pieles grasas con acné.
Los aceites corporales:
Algunos sirven para humectar solamente; otros tienen propiedades regenerativas, reafirmantes, antiestrías, anticelulíticas o antioxidantes. La maravilla de estos productos es que vienen en todos los tamaños, con diferentes aromas y sirven para todo tipo de necesidades. ¿Cómo se coloca el aceite?
Antes de aplicarlo se recomienda siempre realizar una exfoliación corporal para que este pueda actuar mejor sobre la piel.
Se debe colocar con masajes durante unos minutos (de forma circular y de abajo a arriba) para que la piel lo absorba.
También se lo puede aplicar al salir de la ducha, sobre la piel ligeramente húmeda.
Los que están de moda:
El aceite de jojoba: tiene compuestos antioxidantes, por lo que se le atribuyen propiedades antienvejecimiento. Es un humectante, por lo que mantiene hidratada la piel y del cabello (sí, se puede usar en el pelo). Tiene vitamina E y vitamina D, esto es, ejerce un efecto protector sobre la piel. Es astringente por lo que ayuda a combatir afecciones de la piel como las estrías, las durezas de los pies o el acné.
El aceite de coco: contiene vitamina E, aminoácidos esenciales y ácido láurico y caprílico. Al incluir una elevada proporción de grasas saturadas, es un excelente producto para hidratar la piel en profundidad y reparar su función barrera. Sin embargo, es un aceite que no se debe utilizar si la piel es grasa, ya que podría provocar acné y puntos negros. Presenta, además, propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, gracias a su contenido en ácido láurico.
El aceite nutritivo con Cb2, estimulante del receptor cannabinoide-2 y el extracto oleoso de árnica: juntos, disminuyen el estrés, el cansancio y la fatiga muscular, proporcionando una sensación de relajación total. Brinda las mismas características y resultados que el cannabis pero no produce euforia ni intoxicación y además está aprobado por Anmat. Como antioxidante promueve la reparación de la barrera cutánea y el rejuvenecimiento de la piel y ejerce una acción calmante. Al ser un fitocannabinoide, actúa directamente sobre los receptores cannabinoides aumentando las betaendorfinas y potenciando el efecto relajante y desestresante de la piel.
El aceite de árgán: conocido como el "oro líquido", es una sustancia extremadamente rica que contiene nutrientes beneficiosos y vitamina E. Está constituido por un alto porcentaje de ácidos grasos esenciales (80 por ciento) y tocoferoles (vitamina E). Es ideal como hidratante corporal, favoreciendo la restauración del manto hidrolipídico de la piel sin engrasarla.
El aceite de almendras: rico en vitaminas, minerales y grasas saludables, es ideal para el cabello y la piel.
El aceite de rosa de mosqueta: es uno de los aceites regeneradores e hidratantes más potentes para la piel, ayuda a la eliminación de manchas, cicatrices y estrías. Contiene ácidos esenciales como el omega 6, omega 3 y linoléico, antioxidantes y vitaminas como la A. Durante el embarazo se recomienda su aplicación como mínimo dos veces por día para prevenir y tratar las estrías.
Sus cualidades:
Podemos obtenerlas con la aplicación diaria de los aceites.
Cuentan con un alto contenido de vitaminas C y E y por esto ayudan a proteger la piel de los factores externos, además de dejarla suave e hidratada.
Algunos funcionan como relajantes por sus perfumes según la aromaterapia. Es el caso de la manzanilla y la rosa.
Algunos tienen usos múltiples y se pueden utilizar en el cuerpo, en el rostro, incluso en el pelo, como la rosa mosqueta y el coco.
Sus envases son pequeños porque se necesita muy poco producto.
También se pueden agregar unas gotas a la crema habitual para enriquecerla.
at Silvia Pardo
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