Son muchas las causas que pueden generar olores desagradables en nuestros perros, aunque los bañemos con asiduidad.
Tos de las perreras, el mal de las guarderías
Algunas de las más habituales son:
- Errores en la higiene: baños muy frecuentes, aplicación de productos no adecuados; ingreso de agua en los oídos durante el baño que predisponen a otitis, etc.
- Ectoparásitos: principalmente pulgas, que generan dermatitis alérgicas secundarias; sarna demodécica del cachorro.
- Mala alimentación: puede provocar entre otros problemas, alergias.
- Su raza: el olor natural de un perro depende de esta y de su nivel de grasa corporal. Cuanto más grasa sea su piel, más olerá. Algunas razas están predispuestas a padecer cierto tipo de dermatitis (por ejemplo, el shar pei, bulldog inglés que presentan pliegues en la piel o el cócker y el shih-tzu).
Otras causas:
- Trastornos endocrinológicos, problemas en las glándulas anales o infección en la piel.
- Los gases: son algo normal en un perro pero, si son muy habituales y persistentes, lo mejor será que un veterinario descarte la presencia de alguna enfermedad.
Todos estos motivos nos demuestran la importancia de que, si el perro emana olores fuertes y estos son sin causa aparente, sea evaluado por un veterinario que pueda hacer un diagnóstico y darle el tratamiento adecuado.
Sin embargo, la mayoría de las veces, las causas del mal olor está en los errores que cometemos en su higiene o en la alimentación.
Cómo combatir el mal olor:
El error más común es intentar eliminarlo con baños frecuentes y/o con la utilización de productos no adecuados para perros (por ejemplo, champú, crema enjuague, desodorantes y perfumes de uso humano, inclusive productos agresivos como detergentes e insecticidas.)
Para evitar el mal olor en nuestro perro se recomienda:
- Buena alimentación: brindar un alimento balanceado de buena calidad. En caso de preferir dieta casera, consultar al veterinario para lograr un balance de nutrientes que cubra las necesidades del perro.
- Control de ectoparásitos: incorporar como rutina la utilización de pipetas o collares antipulgas y productos de desinfección ambientales adecuados para los hogares (el tratamiento del animal y del ambiente son complementarios).
- Frecuencia de aseo: los baños con una frecuencia mayor a 7 días no solo no quitan el mal olor si hay una patología de base, sino que empeorarán la situación por generar un barrido de las defensas naturales de la piel (flora bacteriana normal y otras sustancias como ácidos grasos). Teniendo en cuenta esto, la frecuencia será a elección del propietario, y la necesidad de cada perro en particular.
- Productos para el baño: ante la duda siempre utilizar jabón blanco para la ropa, o jabón de glicerina neutros. Si se desea un resultado más estético (brillo, aroma, etc.) siempre aplicar productos de belleza de uso veterinario y que hayan sido recomendados por el profesional.
- Después del baño: un buen secado, sobre todo en zonas con poca ventilación como axilas, ingles, pliegues, y especialmente en animales de manto largo, evitarán trastornos de la piel y malos olores. Si es necesario, usá secador de pelo.
- Uso de alcohol boricado en los oídos: luego del baño como preventivo de otitis y en forma rutinaria, sobre todo en razas de orejas péndulas cuyo conducto audítico tiene escasa ventilación.
- El cepillado: esencial para evitar problemas; el pelo apelmasado acumula humedad y predispone a dermatitis. Es importante acostumbrar al animal desde temprana edad al cepillado, para que el peine no sea una tortura para su perro ni una tarea imposible para el dueño.
¿Y si es el alimento?
- Atención con la alimentación: No siempre es el pelo lo que huele mal. Lo que come el perro también puede afectar sus fluidos corporales. Aunque tu mascota solo suda a través de las almohadillas de sus patas, por lo que resulta más difícil que nos demos cuenta, partículas volátiles de alimentos pueden quedar en la saliva, y las liberará a través del aliento, o en la orina. Como la dieta puede afectar al olor perruno, se puede consultar con el veterinario para un cambio en la dieta.
- Higiene de dientes: Las enfermedades bucales, como daños en un diente o encías inflamadas, son más frecuentes a medida que nuestro amigo cumple años, y pueden terminar con mal aliento perruno. Recordá cepillar los dientes de tu perrito con productos adecuados.
- Mantita limpia: Su ropa de cama acumula pelo muerto y también puede desprender un olor desagradable. Por esta razón, es muy importante que la laves periódicamente. Y, por supuesto, la nutrición se refleja en la calidad del pelaje de tu perro, así que dale una dieta equilibrada y de calidad para que esté sano.
at Redacción Mía
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