1 Protección solar
El tiempo y la maternidad
Aunque cada vez hay más conciencia del daño que provoca la exposición al sol sin protector, mucha gente sigue sin adquirir este básico del cuidado corporal. No
hace falta que sean vacaciones para utilizarlo, cuando hacemos deportes al aire libre y hasta en el día a día en una ciudad es siempre necesario. Respetar el horario recomendado (nunca entre las 10 y las 16), utilizar protector solar FPS 50+ todo el año, en especial, en rostro y manos, ya que están expuestos diariamente.
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“Esto debe ser sostenido y a lo largo de la vida, ya que el 80% del deterioro de la piel se produce en los primeros 18 años y tiene carácter irreversible”, explica Carolina
Salvador, médica especialista en medicina estética y antiage .
2 Con los deditos ¡no!
En la adolescencia, pero también en la etapa adulta, la tentación de apretar los granitos del acné, las espinillas y puntos negros tiene su reacción y la piel se marca, no solo en tonos marrones sino que pueden quedar marcas rojizas y hasta blancas, como cicatrices.
3 Cuando quitar el vello no embellece
Los errores al momento de la depilación pueden producir que la piel se enrojezca primero y, luego, que se manche. Por ejemplo, es común que el área del
labio superior se manche por la depilación o que haya irritación al eliminar vello con métodos que implican el clásico tirón (pinzas, cera caliente, etc.). Otro clásico
error es exponerse al sol luego de depilarse, algo que multiplica la posibilidad de que aparezcan manchas.
4 Cuidado con los cosméticos y los medicamentos Los principios activos de ciertos cosméticos y medicamentos tan comunes como los antibióticos y los anticonceptivos, también pueden provocar reacciones
de hiperpigmentación.
5 Alerta polución
La mala calidad ambiental provoca lo que se conoce como estrés oxidativo, un aumento de los radicales libres que junto con la disminución de las vitaminas E y C, antioxidantes naturales, van a acelerar el envejecimiento cutáneo. Tenemos que pensar que el aire que respiramos en la ciudad contiene muchísimas impurezas: desde gases producto de emisiones industriales, el transporte, el tabaco, o el propio ozono, que a nivel de suelo es nocivo también, hasta partículas en suspensión de distintos tamaños, pasando por los metales pesados provenientes de la industria y sin desestimar tampoco la potente acción de los rayos UV solares. “Este conjunto de factores produce diversas reacciones que generan envejecimiento prematuro de la piel, con signos que comienzan con sequedad o irritación, flacidez, pérdida del brillo, la aparición prematura de arrugas y manchas”, explica la especialista.
Agrega: “La piel se vuelve más reactiva, se irrita y es más propensa a sufrir otro tipo de problemas como el ceeccema, alergias, rosácea o acné”.
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