Las hormonas son las encargadas de generar el desarrollo físico y sexual durante la pubertad y adolescencia. Entre los 30 y los 40 años, también nos encontramos bajo una gran efervescencia hormonal, que nos mantiene saludables y sin signos de envejecimiento. Sin embargo, alrededor de los 40 años, se produce un primer bajón hormonal y más tarde, se genera una gran caída, que significa un factor de envejecimiento importante.
La química del beso, beneficios cuerpo-mente
La nutrición y el estilo de vida pueden ayudarnos mucho a aumentar el rendimiento de nuestras hormonas, así como una dieta poco saludable o inadecuada y hábitos de vida tóxicos y estresantes pueden hacer estragos en nuestro equilibrio hormonal.
Las hormonas y la alimentación:
Para que nuestro sistema hormonal funcione de manera adecuada tenemos que tener un buen estado nutricional. A su vez, el sistema hormonal también afecta el estado de nutrición. Un ejemplo, son las personas que se vuelven muy delgadas por tener un sistema hormonal alterado, generalmente el vinculado a la glándula tiroides por lo que si estas personas no se atienden son incapaces de mantener un buen estado de salud, entrando en un círculo vicioso.
Pero también las personas que tienen dietas con alto contenido de grasas suelen desarrollar niveles hormonales que las vuelven más vulnerables a padecer ciertas enfermedades como la diabetes o el cáncer. Otro ejemplo de la relación hormonas – nutrición, se da durante el ciclo menstrual en el que algunas mujeres presentan cambios de apetito e ingieren más hidratos de carbono que durante el resto del ciclo.
Las hormonas en parte son las responsables de la falta de apetito durante las enfermedades, y reaccionan ante el estrés físico o emocional afectando la absorción de los nutrientes de la dieta. Veamos cómo determinadas hormonas importantes para la salud son influenciadas por nuestro tipo de dieta.
Hormonas y alimentación:
Cortisol, la hormona del estrés:
Su función: Cuando hay tensión y ansiedad el cerebro envía señales a las glándulas adrenales para que liberen hormona cortisol, la cual pondrá a disposición un plus de energía para hacer frente a la situación de emergencia. Pero cuando la situación de estrés, físico o emocional, se prolonga en el tiempo, el exceso de cortisol en sangre puede traernos trastornos de salud. Una dieta saludable, rica en algunos alimentos, puede contribuir a su prevención.
Alimentos recomendados: En estos casos, se aconseja consumir alimentos como los huevos, leche, cereales integrales que son ricos en triptófano, un aminoácido que estimula la producción de serotonina, la hormona del bienestar, que contrarresta la secreción de cortisol.
Alimentos a evitar: cuando se está bajo estrés crónico con altos niveles de cortisol, deben evitarse el consumo de bebidas excitantes como el café, gaseosas cola y alcohol. Dormir bien y practicar regularmente ejercicios de relajación ayudarán también a normalizar el desequilibrio hormonal.
Melatonina, la hormona del sueño:
Su función: la glándula pineal activa la producción de la melatonina durante la noche, esta hormona induce al sueño, y su deficiencia causa insomnio. Además, ayuda también a reducir el proceso de envejecimiento.
Alimentos recomendados: contienen melatonina la avena, el tomate, el arroz, la cebada, la banana, la manzana, la zanahoria, el repollo, el jengibre, el cardamomo, el hinojo, el cilantro, el maíz dulce, y las cerezas. Estas últimas son auténticas píldoras para el sueño: tienen melatonina, pero también dos precursores de la hormona del sueño: la serotonina y el triptófano.
En conclusión, antes de ir a la cama lo ideal sería tomar alimentos ricos en melatonina, triptófano e hidratos de carbono. Si algo reúne todos esos elementos es el vaso de leche con miel y cereales. La leche es rica en triptófano, la miel contiene el azúcar necesario para elevar los niveles de insulina y los cereales son ricos en melatonina.
Hormonas de la sexualidad:
Su función: las gónadas (testículos en el hombre y ovarios en las mujeres) son glándulas mixtas que en su secreción externa producen gametos (células sexuales) y en su secreción interna producen hormonas que ejercen su acción en los órganos que intervienen en la función reproductora. Cada gónada produce las hormonas propias de su sexo, pero también una pequeña cantidad de las del sexo contrario.
Las hormonas femeninas son el estrógeno y la progesterona. Con la edad su producción disminuye y esto aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades como la osteoporosis y cáncer. Numerosos estudios han comprobado que las dietas ricas en estrógenos vegetales modifican las hormonas de la mujer de tal forma, que se reducen los riesgos asociados a la menopausia, etapa en la que el cuerpo deja de producir estrógenos.
Alimentos recomendados: En la actualidad se conocen muchos fitoestrógenos, destacando los lignanos (presentes en granos enteros, cereales, algas, lino, lentejas, frutas, como ciruela, cereza, durazno), las isoflavonas (semillas, harina y salsa de soja, tofú y garbanzos), y los cumestanos (alfalfa, germen de soja, trébol y coles).
Para una buena salud hormonal:
Comer y dormir temprano: no respetar aquello que nos pide el cuerpo como comer, dormir o descansar pasa factura y sus consecuencias orgánicas se hacen notar: desórdenes hormonales, insomnio, falta de atención y concentración, cansancio, aumento de peso, entre otras.
Si cenamos muy tarde, los niveles de insulina aumentarán en el horario que debemos descansar, lo que a su vez produce una disminución no deseada en esas horas de la melatonina y la hormona de crecimiento. El resultado será una mala calidad de descanso lo que produce alteraciones metabólicas y envejecimiento.
Merendar todos los días: los niveles de cortisol, la hormona del estrés, bajan a media tarde, produciendo irritabilidad y ansias de ingerir comida, sobre todo dulces. Pueden controlarse esas alteraciones tomando una colación ligera (fruta, yogur) o haciendo gimnasia suave.
Mantener una vida sexual activa: para promover la hormona oxitocina, conocida como la “hormona de la confianza y la vida social”, hay que desarrollar actividades placenteras; el orgasmo dispara la concentración de esta sustancia en el organismo.
Disfrutar de la vida: dormir ocho horas regularmente, evitar el estrés y hacer caminatas bajo el sol ayuda a aumentar la producción de serotonina, la cual está muy relacionada con el estado de ánimo y cuya carencia genera cuadros depresivos.
Canjear hábitos: tóxicos por saludables. Reemplazar el cigarrillo por meditación o ejercicio físico, el consumo de café y alcohol por el de jugos y agua, los productos alimenticios muy industrializados por otros más naturales. Estos buenos hábitos nos darán buena salud y mejor calidad de vida.
Tu cuerpo del futuro está en tu plato de hoy:
Esto afirma Marjolein Dubbers en su libro Equilibra tus hormonas, donde explica la influencia de la alimentación y hábitos de vida en nuestro cuerpo ahora y en adelante.
Una selección de párrafos muy interesantes para tener en cuenta:
• "Lo que comes importa. A mí me gusta decir: "Tu cuerpo del futuro está en tu plato de hoy".
• "Cuanto mejor sea tu alimentación, más equilibrará tu cuerpo, en particular tu sistema digestivo, y mejor digerirás y absorberás los valiosos nutrientes."
• "La dieta tiene mucha influencia sobre tu cerebro y tus emociones. Existe una relación directa entre lo que comes y tu capacidad de concentración, tu salud mental y tu estado emocional. Asimismo, influye enormemente en tus hormonas, y estas, a su vez, influyen en tu estado de ánimo".
• "En siete años prácticamente todas las células de tu cuerpo se habrán renovado por completo. ¡Eso significa que en siete años puedes ser una persona totalmente nueva! Tu aspecto y tu estado de ánimo dependen en gran medida de lo que pongas en tu plato".
at Silvia Pardo
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