Con la cuarentena, el teletrabajo y las largas horas de encierro las tensiones parecieron clavarse en un sólo lugar del cuerpo: el cuello. Allí fueron a parar todos los problemas y preocupaciones de este inolvidable 2020.
La química del beso, beneficios cuerpo-mente
El estrés es una de las principales causas de los dolores de cuello. Los músculos cervicales se apelotonan en una contractura como respuesta al estrés y así aparecen los famosos "nudos" que impiden girar la cabeza y producen dolor. Pero, hay que hacer una aclaración. No solo las tensiones son las culpables. Existen muchos factores que pueden intervenir para desatar un dolor de cuello.
ABC de la columna:
La columna vertebral se dividide en tres secciones:
1. Columna cervical (desde el cuello hasta los hombros).
2. Dorsal (desde los hombros hasta la cintura).
3. Columna lumbar y sacro-coccígea (desde la cintura hasta el huesito dulce).
Los dolores pueden ser localizados o irradiados, y de acuerdo con la localización de la dolencia se habla de cervicalgia (dolor de cuello), dorsalgia (dolor de espalda), lumbalgia (dolor de cintura) y otras.
¿Por qué me duele tanto?
Mientras que el dolor en el cuello y parte alta de la espalda suele deberse a contracturas por tensión y malas posturas, en la zona dorsal y baja las causas habituales son esfuerzos, malos movimientos y también posturas incorrectas.
En la parte superior de la espalda es frecuente que los músculos de la nuca o los que van hacia los hombros (trapecios) se tensen excesivamente. Como si fueran riendas de un caballo, tiran de las vértebras, provocando contracturas que a veces hasta presionan una arteria que irriga al cerebro, provocando mareos, zumbidos, problemas de visión y adormecimiento de manos.
Las contracturas en esta zona no solo se originan por tensiones nerviosas. También se deben a la realización de actividades con la nuca tensa y la vista fija en un mismo punto, como trabajar en la computadora o manejar durante muchas horas. Otro origen frecuente es levantar peso. Es el caso de las mamás que alzan a los bebés de la cuna. Si hay que hacerlo, los brazos siempre deben estar flexionados, para que los trapecios no se tensen.
8 métodos antidolor:
Este trastorno se puede tratar a través de numerosas técnicas. Al momento de elegir, la persona deberá seleccionar la correcta junto al kinesiólogo o especialista. Un recorrido desde las más sencillas a las más utilizadas:
1. Aplicar una almohadilla caliente: mejora la circulación en la zona y relaja los músculos. Al usar una almohadilla, no calentarla en exceso ni aplicarla en áreas hinchadas o donde haya sagrado.
2. Masajes: permite mantener una buena circulación sanguínea y ayuda a relajar los músculos. Puede complementarse con cremas y aceites.
3. Tomar un baño de inmersión: el agua puede ayudar a mejorar la circulación, aliviar dolores musculares y reducir el estrés. Al tomar un baño, se puede usar en el agua diferentes esencias de baño indicadas para el alivio de dolores musculares (sales de Epsom, sulfato de magnesio).
4. Medicamentos de venta libre e antiinflamatorios. La automedicación es un fenómeno muy presente pero solamente se deben consumir aquellos medicamentos recomendados por el médico. Los antiinflamatorios son buenos pero hay que observar los efectos colaterales que tienen ya que pueden producir úlceras, hemorragias y otros problemas, por eso la consulta médica es fundamental.
5. Osteopatía: es una técnica que se usa mucho actualmente pero debe hacerse con un especialista de confianza. Se trata de una terapia manual, suave y correctiva que es muy útil para tratar trastornos diversos como el dolor de cuello.
6. Reeducación Postural Global (RPG): según esta técnica cada persona es diferente en cuanto a las causas de su dolor, por sus antecedentes, sus compensaciones, es por eso que no existen “recetas para curar el dolor de cuello” sino que el tratamiento debe ser personalizado. La RPG busca al responsable de ese dolor o compensación, para ayudar a reducir los síntomas o incluso eliminarlos mediante un trabajo físico con el paciente.
7. Manipulación quiropráctica: es una técnica de manipulación espinal para alinear la columna y controlar el dolor que aparece cuando una vértebra aprieta alguno de los nervios que parten de la médula. Es válido como tratamiento pero tiene que ser realizado por un especialista entrenado.
8. Hidroterapia: emplea el agua como agente terapéutico y es una herramienta muy útil para acortar los tiempos de recuperación, ofreciendo muchos beneficios a quienes la emplean. Los pacientes se tratan en una pileta con agua en diferentes modalidades como baños de vapor, hidromasajes y chorros de agua. También se pueden hacer ejercicios en casa en la ducha, colocando el cuello bajo el agua caliente.
Medidas preventivas:
Cuidar las posturas especialmente las que son sostenidas durante mucho tiempo.
Elongar, preferentemente a la mañana que es cuando más rígidos están los músculos y las articulaciones. Esto ayudará a prevenir el acortamiento muscular y a mantener o aumentar los rangos articulares.
Realizar ejercicios de movilidad articular.
Evitar cargas excesivas de peso: en el caso de tener que cargar peso, tratar de distribuirlo en los dos hemicuerpos, como para no cargar solo a un grupo muscular y generar desbalances como sucede al llevar bolsos pesados cargados sobre un solo hombro.
Practicar ejercicio físico.
Descansar bien: no solo son fundamentales las horas de sueño sino la calidad del mismo para que el cuerpo llegue a compensar todas las modificaciones corporales que se produjeron durante el día.
Cuidar las posturas de descanso: almohada cómoda ni muy alta (para evitar que quede flexionado el cuello) ni muy baja (para evitar que quede en extensión).
Apoyar la espalda en el respaldo de la silla, y si es posible utilizar una contención lumbar (rollito lumbar), también es aplicable para los asientos del auto.
at Silvia Pardo
Comentarios