La sinusitis es una inflamación de la mucosa que recubre los senos paranasales. Su origen es casi siempre un foco inflamatorio en la nariz por lo que se denomina habitualmente como rinosinusitis. La sinusitis puede ser aguda cuando el tiempo de evolución es menor de tres semanas; subaguda, cuando los síntomas persisten entre tres semanas y tres meses; y crónica, cuando la duración es mayor de tres meses.
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Síntomas: Los más habituales son:
Dolor facial.
Obstrucción nasal
Rinorrea (mucosidad nasal).
Goteo postnasal.
Disminución del sentido del olfato.
Cefaleas
En la sinusitis crónica puede existir: dolor facial, sensación de presión facial, congestión nasosinusal, obstrucción nasal, rinorrea espesa, rinorrea posterior y presencia de pus en la cavidad nasal. En ocasiones puede presentar fiebre y producir dolor de cabeza, dificultad para la respiración y fatiga.
Por qué se produce:
La causa más frecuente de inflamación de los senos paranasales y fosas nasales es el resfriado común, habitualmente debido a una infección viral.
Las sinusitis agudas bacterianas generalmente van precedidas de un catarro de la vía respiratoria alta o un proceso alérgico o de cualquier tipo de irritación ambiental (humos, gases, vapores...).
En condiciones normales, el moco que se produce y se acumula en los senos paranasales drena a la fosa nasal, pero cuando se padece un catarro o un proceso alérgico, la mucosa de los senos paranasales se inflama e impide el drenaje del moco. Esto conlleva la congestión y la infección.
Los gérmenes responsables más frecuentes son el Streptococcus pneumoniae y el Haemophylus influenzae. A diferencia de un catarro de la vía respiratoria alta o un proceso alérgico, una sinusitis bacteriana requiere un diagnóstico preciso y un tratamiento antibiótico para conseguir la curación y prevenir posibles complicaciones.
Habitualmente, la respuesta al tratamiento antibiótico específico suele ser satisfactoria.
at Redacción Mía
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