La piel constituye la estructura que separa nuestro organismo del medio que nos rodea. Es por tanto, la primera barrera que se encuentra cualquier agente que incide o entra en contacto con ella; de esta manera posee una importante función protectora. El problema se da cuando existe una acumulación de estos factores, lo que desestabiliza el equilibrio dinámico de la piel, generando alteraciones, ya que justamente la pieel es uno de los órganos más afectados por las siuaciones de estrés. Cuando su capacidad de protección está disminuida, se pueden observar las diversas alteraciones provocadas por el estrés psicológico, el nutricional o por factores externos como la polución, el sol o los cambios bruscos de temperatura.
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La nutricosmética, se basa en el concepto de que la clave para mejorar el aspecto y la belleza exterior ha de buscarse en la salud global. Es, por tanto, la utilización de principios activos por vía oral que busca aportarle al organismo nutrientes que pueden actuar directamente sobre la piel y el cabello, y así, mejorar su salud y su aspecto, haciendo incidencia además sobre la mejora sistémica del organismo.
Hablamos de vitaminas, minerales y extractos vegetales cuyo fin es complementar la dieta alimenticia normal.
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El estrés causa también otras alteraciones que afectan a la piel, como la falta de sueño, malos hábitos alimentarios, tabaquismo, alcoholismo y otros. El comer desmedidamente provocado por los aumentos de cortisol, provoca que las células acumulen grasas, lo que lleva a un aumento de peso y acumulación de grasa en la zona abdominal especialmente.
Por su parte, la adrenalina afecta sobre todo al cabello, provocando una caída de éste y la aparición de canas prematuras. Se pueden presentar estrías longitudinales sobre las uñas. El exceso de estas hormonas, además, afecta al balance en estrógenos y testosterona incidiendo directamente en el aspecto y nutrición.
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Principales activos anti-estrés
Vitamina A: ayuda a minimizar los niveles de cortisol. Estimula y regula la división celular, y posee acción renovadora de la piel. Interviene en la formación de nuevo colágeno y mantiene la hidratación superficial de la dermis.
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Vitamina C: estimula la producción de fibras de colágeno. Es esencial en el funcionamiento de los neurotransmisores, entre los cuales encontramos la dopamina, la serotonina y la acetilcolina. Por sus propiedades antioxidantes, atenúa los incrementos de cortisol.
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Antioxidantes: combaten el estrés reduciendo los niveles de radicales libres y mejorando el sistema inmunitario. Contamos con las vita
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minas A, C y E, minerales como el selenio, cobre, manganeso y germanio y extractos vegetales como el ajo y el ginkgo biloba.
Vitamina B5: conocida como la vitamina anti-estrés, ayuda al sistema inmunitario a defenderse de las agresiones externas y mejora la capacidad de resistir al estrés debido a que aumenta el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, encargadas de mantener un tono vital ante situaciones de esfuerzo emocional o físico.
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Magnesio: restaura los niveles de energía, disminuyendo la sensación de fatiga.
Ácidos Grasos Omega 3: de efecto anti-inflamatorio, mejora el estado de ánimo y aumenta la capacidad de concentración. Reduce los niveles de azúcar en sangre y los niveles de insulina, lo que tiene acción antiglicación. Es altamente eficaz restaurando los niveles de hidratación de la piel.
Vitamina B3 y Triptófano: estimulan la producción de serotonina, la hormona del bienestar.
Ginseng: actúa sobre el cerebro y las glándulas suprarrenales para que dejen de producir cortisol, la hormona del estrés.
Extracto de regaliz: gran capacidad anti-inflamatoria.
Extractos de melisa, raíz de valeriana o amapola californiana: todos tienen una poderosa acción sedante.
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