Microinequidades: ¿Te tocó vivir alguna?
Son aquellas pequeñas conductas que minimizan, ignoran, excluyen o descartan a una persona por prejuicios inconscientes. Cómo actuar ante ellas.
Por Redacción Mía
En estos momentos en los que estamos interactuando con los equipos solo en un entorno digital, las empresas y los líderes deben prestar aún más atención para identificar y abordar las microinequidades, sobre todo dado que las personas pueden tener la necesidad de expresar sus sentimientos y de compartir situaciones complejas por las que están pasando.
Para quienes no estén familiarizados con este término, las microinequidades se refieren a aquellas pequeñas conductas que minimizan, ignoran, excluyen o descartan a una persona por prejuicios inconscientes o sesgos contra características de identidad como la etnia, el género, la edad u otras. En la mayoría de los casos eso es involuntario y con frecuencia pueden verse como simples comentarios o incluso bromas inofensivas, pero en realidad son formas sutiles de violencia.
La profesora del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), Mary Rowe, creó este término en los años 70 y demostró que estas respuestas involuntarias pueden conducir a una sensación silenciosa de exclusión y tener un efecto acumulativo de disminución en el desempeño general de los equipos laborales.
Por eso, comparto la visión de KimberlyClark sobre la importancia de que la inclusión y la diversidad estén presentes en todo lo que hacemos. En la compañía, tenemos diferentes iniciativas globales para capacitar y empoderar a las personas en pos de la integración de diferentes generaciones, la igualdad de género y la diversidad en general. Esto se realiza con programas como #SheCan, en apoyo al desarrollo profesional de las mujeres, o la Semana Global de la Inclusión, enfocada en la toma de conciencia frente a situaciones cotidianas que pueden lastimar a alguien.
Quiero compartir algunas reflexiones para también apoyar a otros a abordar y enfrentar las microinequidades con valentía.
Recomendaciones:
Sé consciente: un mal gesto, aunque sea pequeño, puede ser hiriente. Tratá siempre a los demás con dignidad y respetá sus opiniones, creencias y puntos de vista, estés de acuerdo con ellos, o no.
Sé abierto: hacele saber a tus compañeros que pueden acercarse a vos si sienten que algo inapropiado fue dicho o hecho. Demostrá que estás dispuesto a aprender y cambiar.
Hablá al respecto: promové un entorno de confianza en el que las personas se sientan seguras para compartir sus experiencias y señalar cuando se sientan incómodas con una situación.
Alzá la mano: si sentís que has sido víctima de una microinequidad, no tengas miedo de expresarlo con franqueza. Buscá a alguien con quien hablar y abrirte, ya sean tus líderes o compañeros de trabajo.
La palabra principal aquí es apoyo. Escuchá las ideas de los demás y no te olvides de sus valores. Si te has sentido herido, nunca olvidés que no estás solo y que esto puede afectar a todos. Esta es una jornada de autoconocimiento y retroalimentación constante en la cual todos debemos embarcarnos, y si lo hacemos juntos, lo haremos funcionar en todas partes de manera virtual o presencial
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