Friday 26 de April de 2024
SOCIEDAD | 04-11-2020 08:50

Cómo aprender a ser más tolerantes

En estos tiempos tan especiales, desarrollar la empatía, aceptar la manera de pensar y de actuar de las otras personas nos permitirá mejorar el diálogo y la convivencia.

Siempre se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar. ¿A qué se llama tolerancia? Es el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las nuestras. No se trata de aceptar todo cuanto nos dicen los demás, sino respetarlo aun defendiendo nuestra posición.

Ser más tolerantes nos aporta beneficios. Por un lado, nos ayuda a tener más contactos con personas diferentes, lo cual supone disponer de un capital humano con el cual podemos realizar acciones en mutuo beneficio.

Por otro lado, ser tolerantes también nos expone a más y mayores estímulos intelectuales. Estar en contacto con otros puntos de vista hace más difícil que se nos manipule a partir de prejuicios y nos vuelve más comprensivos.

Consejos:

Para aumentar la tolerancia hay acciones que podemos hacer:

- Abrir la mente y entender que aunque pensemos diferente, podemos respetar al prójimo y escuchar sus creencias.

- Antes de contradecir una opinión pensar bien la respuesta. Muchas veces, por imponer nuestros pensamientos no controlamos las palabras y quizá herimos a la otra persona.

- Empatizar. Cuando alguien está hablando es necesario ponerse en sus zapatos para entender su situación.

- En cuestión de opiniones, nadie tiene la respuesta correcta. No hay una verdad absoluta así que nadie es más inteligente que otro por pensar de una u otra manera.

- Ante las provocaciones es mejor responder con el silencio, o en todo caso, pedir respeto de forma relajada para no ocasionar situaciones tensas.

- Cuando dos opiniones son contrarias hay que mantener la calma y exigir respeto e incluso respetarnos a nosotros mismos negándonos a hablar de determinados temas que no nos agradan.

- Promover el autoconocimiento: indagar en nosotros mismos qué cosas nos gustan, qué cosas nos molestan, qué nos da miedo, cuáles son nuestros sueños, valores y preocupaciones. Lo importante es tomar conciencia sobre nosotros mismos y de nuestro estado emocional.

Preguntarnos si esto que rechazamos es porque no nos gusta, por miedo, rabia, pena, desconocimiento, cobardía, etc. Así nos será más fácil reconocer qué hay en la base de esa intolerancia. Como decía la madre Teresa de Calcuta: "Yo hago lo que usted no puede, usted hace lo que yo no puedo..., juntos podemos hacer grandes cosas".

at Redacción Mía

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios

Espacio Publicitario