"A las relaciones de hombres maduros con jovencitas, que ya no llaman la atención (pueden despertar sospechas o prejuicios pero este vínculo ya está instalado socialmente) le siguen las mujeres maduras que cada vez se animan más a estar con hombres jóvenes y luego los jóvenes a los que les place estar sexualmente y en forma amorosa con mujeres más grandes. En este último caso, a este tipo de relación se le llama cubbing (del inglés, cub, cachorro)", explica el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra, psicoterapeuta y sexólogo.
La química del beso, beneficios cuerpo-mente
Se trata de la relación amorosa, sexual entre un joven veinteañero con una mujer de cincuenta o más, por lo menos con una diferencia de treinta a treinta y cinco años. Esta tendencia fue nombrada así por Candace Bushnell, nada menos que la creadora de la mítica serie Sex and the City. La autora quiso profundizar en su nuevo libro sobre cómo es la vida sexual de las mujeres de más de 50 años de edad. Y descubrió que, entre las “modas” sexuales más frecuentes a las que se enfrentan las mujeres en esta franja de edad está el cubbing.
“El fenómeno cubbing es un completo mundo nuevo en lo referente a las relaciones de personas de mediana edad. Los cubs son hombres jóvenes al acecho de mujeres mayores y sensibles”, afirmaba la escritora en una de sus últimas publicaciones de Instagram.
Un poco de historia:
“Hay que recordar que este tipo de apertura aparece hace un tiempo (por lo menos se visibiliza) en los vínculos heterosexuales, cuando ya los homosexuales habían optado por estas formas de relación desde hace siglos. Los hombres maduros griegos con jóvenes, más adelante las mujeres lesbianas con congéneres de menor edad, etc. La pauta heteronormativa siempre estuvo signada por la procreación, es decir personas en edades con capacidades de procrear, aunque sea un hombre mayor con una mujer joven, en cambio, la homosexualidad, que no está condicionada por la pauta procreativa siempre tuvo más libertad para desear y elegir la edad de las parejas. Además, en estas últimas décadas, los cambios respecto a los roles y la expresión de género en las mujeres, presentan diferencias significativas con las de antaño, sobre todo en lo que respecta a hacer valer sus derechos, a empoderarse frente a la sociedad patriarcal y, por sobre todo, a hacer uso de la libertad para expresar el amor y la sexualidad", explica Ghedin sobre esta "moda" de ya varios siglos.
El punto de vista femenino:
Para la mujer, el paso de la edad deja sus impresiones en el cuerpo y el mundo personal, una sumatoria de experiencias que en más o en menos, deberían contribuir a aceptar los cambios y a encarar mejor el porvenir. Los modelos culturales no solo estimulan el cuidado personal, sino también incitan a mantener el espíritu joven: actividades varias, vida social, y disfrute, constituyen una tríada saludable. Y si se habla de seguir disfrutando, el sexo está incluido como un incentivo fundamental.
"Las mujeres, pasados los cincuenta, pueden encontrar en el despliegue sexual un motivo para sentirse más saludables. No olvidemos que el placer sexual refuerza la confianza, el humor, y es un estímulo para generar proyectos. Es una edad para deshacerse de inhibiciones, pudores, marcas culturales, de lo que “una mujer no debe hacer”.
La mujer de cincuenta sabe más de sí misma y esa experiencia subjetiva impregna sus deseos y metas. En el sexo se anima a pedir lo que le gusta, tomar la iniciativa, propone variantes. Sabe que el hombre no tiene “una guía mental de cómo tratar una mujer”, por lo tanto está dispuesta a escribir juntos esa guía. La autonomía sexual puede darle una seguridad que la ayude a lograr la misma confianza en otras áreas. Claro que para acceder a estos efectos eróticos positivos se requiere de un hombre que acompañe y se sienta a gusto con esta libertad femenina", afirma el especialista.
Cómo son estos vínculos:
"Las relaciones entre jóvenes y personas que los superan en edad intentan dejar de lado los modelos típicos de unión y disfrutar de un vínculo más libre. Ellos aprenden y disfrutan de las experiencias que les puede aportar la mujer, y ella sabrá hacer lo mismo con la energía, las ganas, las nuevas tendencias que trae la juventud. Ambos dos se nutren por el solo hecho de romper con las convenciones y dejar de aparentar el “deber ser” para luego configurar un vínculo más real y honesto. La unión funciona por lo bien que se lo pasa juntos, esa debe ser la premisa fundamental", recomienda Ghedin.
Claves para disfrutar:
Estas relaciones tienen condiciones para sentirse bien. Consejos del Dr Ghedin:
• Estas relaciones tienen otro tipo de compromiso: estamos juntos ahora, mañana no sabemos.
• Los proyectos son a corto o mediano plazo, no se piensa en el futuro en términos de resultados materiales que establezcan la relación.
• La pareja se afianza por lo que cada uno haga para mantenerla viva.
• Al no estar condicionada por cumplir con la convivencia, casa, hijos, futuro, corrección frente a los ojos de los demás (familia de origen, amigos, compañeros de trabajo, etc.) los vínculos no están forzados por el “deber ser”.
Ahora bien, si lo que marcan estas relaciones son la flexibilidad, el acuerdo, el aquí y el ahora, el pasarla bien, hay que tener cuidado de no caer en los celos, o en controlar al otro, tampoco es bueno proyectar cuando no se sabe lo que va suceder luego.
Fuente: Dr. Walter Ghedin
at Redacción Mía
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