Ante esta situación tan angustiante, preguntarle directamente a la joven sobre el asunto. El diálogo será sanador (Freepik)

VIDA SANA

Cómo actuar si tu hija te rechaza

Consejos para ayudar a reconciliarte con ella y crear una nueva relación basada en el afecto y la unión cordial.

Por Redacción Mía

Los motivos por los que una hija adulta rechaza a su madre se deben buscar en el contexto de las experiencias infantiles que ella tuvo y, especialmente, aquellas en las que estaba su progenitora directamente implicada.

La personalidad del ser humano, sus miedos, fobias, manías y creencias se forjan, principalmente, durante los primeros 6 años de vida. Durante este periodo, los niños pasan la mayor parte del tiempo con sus familias. Así, la relación, experiencias y vivencias acontecidas durante esta etapa en el contexto familiar conformarán buena parte de la personalidad adulta de este chico.

Por lo tanto, la hija puede estar experimentado una decepción y tristeza por no haber obtenido de su madre lo que necesitaba en un determinado momento de su vida. Algunas preguntas que pueden ayudar son: ¿En qué contexto criaste a tu hija? ¿Qué atención le diste? ¿Cómo la trataste en relación a sus hermanos? ¿En qué medida fue escuchada y aceptada?.

Algunos modos de abordar positivamente esta situación son:

Realizar una autocrítica personal y reconocer en qué medida se provocaron estas ideas de menosprecio en la mente de la hija, aunque fuese de modo inconsciente.

Pedirle perdón: es una conducta muy valiente que permitirá aliviar su carga emocional negativa y calmar su alma.

Preguntarle qué necesita en este momento: en lo posible, ofrecerle con amor y humildad lo que esté reclamando. Ayudarle a entender que ya no es una niña.

Decirle que más allá de sentir todo lo que vivió y pasó, ahora ya es una adulta.

Recomendaciones:

Ante esta situación de rechazo y las consecuencias que esta vivencia puede tener para las dos, es posible superar el rechazo de una hija teniendo en cuenta estos consejos:

Comprometerse a ser crítica con una misma: reconocer internamente la parte de responsabilidad en la situación actual. Esto permitirá ver con otros ojos a la hija y entenderla en su funcionamiento disfuncional.

Ser compresiva con ella: entender que su conducta se debe a las creencias personales que creó con respecto a la relación con su madre. Esta actitud compasiva alejará el victimismo materno y permitirá acercarse a ella con un trato más cercano, afable y cordial. El propio cambio, aunque sea muy poco a poco, producirá un cambio interior en la joven, que la acercará a su madre.

 

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