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Perfumes: Una guía que te ayuda a descubrir la mejor fragancia para tu piel

¿Floral, cítrico, oriental...? Un buen perfume suele ser el broche de oro del arreglo personal y su elección no es un acto inocente. Te contamos todo lo que debés saber para elegirlos, disfrutarlos y mantenerlos en perfecto estado para dar el toque final a tu elegancia.

Por Redacción Mía

El perfume que llevamos es parte de nuestra identidad, ya que el aroma que emanamos dice muchas cosas sobre nosotros, nuestra personalidad, gustos y objetivos. Por este motivo, el perfume se convierte en un accesorio imprescindible del vestuario.

Sin embargo, la elección de la esencia ideal no es una tarea fácil debido a la abundante oferta que existe en el mercado. Además, todos tenemos una piel particular y única. Es precisamente la química de nuestro cuerpo, en combinación con la fragancia, lo que tendrá como resultado ese aroma distintivo que nos acompaña.

La pirámide olfativa:

Es la manera tradicional en la que se han estructurado las fases por las que evoluciona el perfume al aplicarse: las notas de salida, de corazón y fondo.

PARA ELEGIR: Desde cristalinas y vibrantes a sensuales, amaderadas u orientales, pasando por florales y la nueva familia gourmand... hay perfumes para todos los gustos.

Notas de salida: son las más ligeras, las que se volatilizan antes y las encargadas de despertar el sentido del olfato y dar una primera impresión. Son las notas que desprende el perfume durante los primeros 10 o 15 minutos, inmediatamente después de la aplicación. Suelen ser frescas y atractivas: cítricas, verdes y aromáticas.

Notas de corazón: más complejas y ricas en matices, conforman el alma de la fragancia. Son las encargadas de dotar al perfume de identidad, personalidad y carácter, haciéndolo único y diferenciándolo del resto. Las notas de corazón se perciben pasados los 15 primeros minutos y pueden llegar a perdurar en la piel hasta 6 horas. Suelen ser notas florales y afrutadas, entre otras.

Notas de fondo: más tenaces y voluptuosas que las de corazón, son las responsables de poner el broche final al perfume. Es precisamente la labor de estas notas el dar cierta profundidad e intensidad a las fragancias. Suelen comenzar a manifestarse en nuestra piel transcurridas las 2 primeras horas tras la aplicación del perfume, dando lugar al aroma final y más duradero de la fragancia. Suelen ser notas amaderadas, ambaradas, almizcladas, musgos o algunas especias de gran intensidad.

NO FROTES LAS MUÑECAS: Este gesto tan habitual “rompe” las notas. Vaporizá sobre su cara interna a unos 20 cm de distancia, esperá un tiempo para apreciar las notas de corazón.

Las familias olfativas:

Las diferentes comunidades internacionales del perfume proponen distintas clasificaciones. Existen seis comunmente aceptadas a las que se incorporó Gourmand, una familia en alza relacionada con la gastronomía. Las familias son:

Chipre: fragancias ricas, intensas, persistentes, con mucho carácter y fácilmente reconocibles. Son ideales para usar de noche. Cuentan con una base de musgo de roble, bergamota, pachuli y sándalo, las cuales se combinan con otras notas, dando lugar a subfamilias: chipre frutal, verde, acuático, amaderado y cuero.

Cítrica: inspirada en el limón, la lima, la naranja, el pomelo, el petit-grain (naranjo agrio) y la mandarina, esta familia de fragancias se destaca por su frescura y ligereza. Suelen ser fragancias suaves y frescas, con un toque ácido, unisex y perfectas para cualquier estación.

Floral: es el grupo olfativo más grande y sus notas están presentes en más de la mitad de los perfumes. Las notas florales clásicas e icónicas son tres: la rosa, el jazmín y el neroli. Otras flores: nardo, lirio, iris, mimosa, violeta. Pueden caracterizarse por el aroma de una sola flor, ser el resultado de una mezcla de flores, o combinarse con notas frutales o especiadas. Ideales para el verano.

Fougère: significa helecho en francés. Estas fragancias se describen como masculinas y verdes y recuerdan al olor de hierba recién cortada. Sus notas comunes son lavanda, cumarina, musgo de roble, bergamota, geranio, hoja de violeta, albahaca, enebro, pino, abeto y salvia.

Oriental: los perfumes de esta familia son cálidos, sensuales, almizclados y dulces. Las resinas, bálsamos, maderas, especias y los acordes ambarados que las caracterizan evocan los olores, colores y sabores de Oriente. Suelen ser perfumes de gran fijación y duración en piel. En estas fragancias predomina el ámbar, combinado con almizcles, vainilla, maderas, flores exóticas y especias. Son perfectas para el invierno.

EL ARTE DELAS FRAGANCIAS: Un perfume puede tener más de doscientos ingredientes diferentes. Las notas de salida, corazón y fondo son las artífices para que la fragancia vibre en diferentes “tempos” en su sinfonía.

Amaderada: familia que engloba aquellos perfumes en los que su nota definitoria es la madera: raíces, cortezas, resinas, hojas, musgo, piñas y arbustos inspiran estas creaciones. Notas comunes en este tipo de perfumes: sándalo, patchouli, vetiver, cedro, abedul, enebro.

Gourmand: estos perfumes se caracterizan por sus aromas cálidos y dulces, incluso "comestibles", que suelen ir acompañados por matices especiados. Sus fórmulas incluyen notas como la vainilla y el haba tonka, así como componentes moleculares diseñados para representar distintos alimentos. Por su carácter dulzón y cálido suelen ser perfumes muy utilizados en invierno. Notas comunes en este tipo de perfumes: vainilla, caramelo, chocolate, leche, café, coñac, almendras y chicle.

La conservación correcta:

El perfume puede alterarse con la luz, las variaciones de temperatura y el calor. Por eso, la mejor forma de conservarlo es guardándolo en un lugar fresco y oscuro, bien cerrado y en su embalaje original. Si conservamos el perfume a baja temperatura se puede retrasar el proceso de degradación.

¡Nunca guardarlo en el baño! Es el lugar con más cambios de temperatura. Un frasco sin abrir puede conservar su perfume durante años. Sin embargo, el color puede sufrir modificaciones, lo que no significa que la fragancia se haya alterado. Una vez abierto, su contenido debe consumirse dentro de los dos años.

Cuestión de piel:

Pieles con tendencia grasa: son las más difíciles ya que reducen las emanaciones del perfume. En estos casos conviene usar fragancias que contengan cualquier sustancia cítrica, una de las más fuertes y duraderas.

Pieles secas: toleran muy bien todo lo que tenga que ver con lo amaderado y lo oriental.

Pieles normales: no tienen mayores problemas. Todos los aromas les quedan bien. ¿Sabías que ser pelirroja, morena o rubia influye en la duración del perfume?

Morena: esta piel es generalmente más oleosa y las fragancias duran más. Las esencias orientales tienden a ser las favoritas.

Pelirroja: las pieles claras se adaptan mejor a creaciones florales de larga duración. Generalmente tienen una piel seca y las fragancias se evaporan fácilmente.

Rubias: tienen una piel muy clara y delicada, incompatibles con fragancias que contengan muchas notas verdes.

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