Salir de camping es una buena opción para relajarse en medio de la naturaleza, sin necesidad de viajar muy lejos, y aún más en tiempos de coronavirus.
Muchas personas, sin embargo, se acobardan al pensar en un colchón inflable, la bolsa de dormir, los enlatados y condiciones de higiene precarias y poco encantadoras. No obstante, hay otras maneras de pasar los días en una carpa al aire libre y el glamping es una de ellas.
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El Heritage & Nature Glam Camp, en la localidad alemana de Traben-Trarbach, en el estado de Renania-Palatinado, ofrece carpas provistas de todos los elementos de confort y superlativos adicionales: vista al río Mosela, fogón, jardín de relajación, terraza y una cama de verdad. También tiene agua corriente, una cómoda y una cocina con máquina de café. Todo esto dentro de una tienda gigante.
De campamento, pero con glamour:
El glamping es una combinación de las palabras glamour y camping, un tipo de vacaciones particularmente popular entre las personas que no pueden viajar lejos y no tienen ganas de pasar la noche sobre un colchón inflable.
"Tiene sus raíces en los safaris europeos y estadounidenses en África a principios del siglo XX", explica Sven Schuurmans, propietario del portal Glampings.
Los viajeros adinerados estaban acostumbrados a la comodidad y al lujo y no querían renunciar a su estilo de vida cuando acampaban. Más tarde, también los holandeses e ingleses descubrieron este estilo para pasar las vacaciones.
A menudo, se vincula este tipo de turismo con ofertas extremadamente lujosas, al nivel de cinco estrellas, señala Bossanne, quien resalta que no siempre es así.
"Para algunos operadores la oferta de glamping va desde una tienda de safari con bañera y vista panorámica hasta una fila de casas rodantes. Por eso, los viajeros deben revisar cuidadosamente lo que reservan", advierte Schuurmans.
El glamping recuerda otros modelos históricos parecidos, como las tiendas de los reyes o a las de los beduinos o romanos.
En el Viejo Continente:
"Me gusta hacer cosas, inventar y diseñar", señala Julian Stolte, el operador del camping del Mosela. El carpintero, de 45 años, cuenta que ha utilizado entre un 80 y 90 por ciento de materiales reciclados y que intenta proteger lo mejor posible el medio ambiente.
Detrás de la silla de mimbre donde está sentado Stolte se ven pasar los barcos. Además del Mosela, un castillo y la línea de la costa de la localidad de Traben-Trarbach completan el idilio. Incluso desde la cama se puede ver la orilla opuesta. El aroma a lavanda, las luciérnagas y las aves nocturnas remiten incluso a una sensación de estado salvaje.
Céline Bossanne es una de las primeras personas que se atrevió a crear una forma diferente de acampar con total comodidad y en 1999 fundó junto con su marido el camping Huttopia, cerca de París y en plena naturaleza.
"Queríamos transformar la imagen del camping y ofrecer estadías en la naturaleza, en lugares hermosos, pero con comodidad", resalta Bossane. A veinte años del primer glamping, Huttopia se ha extendido con sus tiendas de campaña, cabañas y casas de campo a sesenta lugares de todo el mundo.
La francesa explica la necesidad detrás del confort: "Todos precisamos estar en la naturaleza. Somos cada vez más urbanos y necesitamos experiencias especiales, naturales y simples, pero no queremos perder nuestra comodidad".
En el Nuevo Continente:
Un país en el que triunfa esta moda en América es Chile. Alí proliferan los establecimientos cinco estrellas a medio camino entre campamentos y lujosos hoteles y cada vez son más solicitados por los viajeros amantes del confort.
Magma Lodge es una de las mejores opciones para practicar el gampling en Chile. A dos kilómetros de la ciudad de Pucón, al sur, y a los pies del volcán de Villarica, con terrazas y baños privados en cada tienda de campaña, ofrece la posibilidad también de hospedarse en una suite.
Patagonia Camp, ubicado frente al majestuoso Macizo de Paine y a orillas del magnífico Lago Toro, es uno de los alojamientos más exclusivos de la zona en lo que ecoturismo se refiere. Formado por 18 yurts, todos con vistas al Lago Toro, este exclusivo complejo dispone de restaurante, bar, lounge y pasarelas que comunican las zonas.
at Redacción Mía
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