Considerada como el último ingrediente wellness (bienestar), aunque es bastante desconocida en Occidente, la ashwagandha (whitania somnifera) es todo un ícono, desde hace 4000 años, en la medicina ayurvédica. Esta disciplina la indica, sobre todo, como tónico y adaptógeno para la debilidad física y el agotamiento mental. De ahí que también se la llame "el ginseng indio".
La química del beso, beneficios cuerpo-mente
También es el componente principal de ciertos remedios ayurvédicos llamados rasayanas, indicados para fortalecer el organismo y frenar el envejecimiento. Rica en hierro, antioxidantes, fitoesteroles, taninos y flavonoides, entre otros activos, esta hierba, sobre todo su raíz, aun sigue develando algunos de sus poderes.
Qué es un adaptógeno:
Los bajones en el estado de ánimo
Se trata de una clase única de compuestos botánicos que pueden ayuda a equilibrar y restaurar el cuerpo. Es decir, una sustancia natural que ayuda a adaptarse al estrés. De ahí que la ashwagandha se haya hecho un hueco en el espacio wellness para devolver al cuerpo su vitalidad y bienestar.
Masaje Tuina: Una terapia armonizadora
Propiedades y beneficios:
8 respuestas sobre rejuvenecimiento vaginal
La ashwagandha posee beneficios en el sistema nervioso, hormonal e inmunológico. Promueve el bienestar y el equilibrio emocional. Con fines medicinales se usan las bayas frescas y desecadas, las hojas y la raíz. Contiene alcaloides activos, lactonas (withanoloides), flavonoides y sales minerales. Algunos de sus positivos efectos:
Es tónica y reconstituyente: reguladora del sistema nervioso y se la utiliza como remedio para combatir el insomnio.
Aprender a soltar
Ayuda al cuerpo a afrontar el estrés diario reduciendo el cortisol: a diferencia de otros botánicos, la ashwagandha no solo contribuye a mantener el estado de ánimo sino que también permite regular ese estado durante el día. Es capaz de relajar y al mismo tiempo aportar energía. Es decir, tiene una acción normalizadora.
Cómo aliviar el dolor en las manos
Mejora el sueño: su nombre, whitania somnifera, ya da una pista sobre este efecto. Y de ahí, la popularidad que ha adquirido. La interacción de diversos componentes de la raíz y el polvo de la planta promueve el sueño de forma natural. Además, sus componentes inducen la fase REM del sueño, en la que descansamos de manera más profunda y, por tanto, reparadora.
Reduce la grasa: al mejorar los marcadores de estrés, contribuye a reducir los niveles de cortisol, lo que permite al organismo distribuir mejor la insulina y, en consecuencia, controlar el peso.
Aporta energía: de acuerdo a su otro nombre, el ginseng indio, la ashwagandha restaura la energía física. Esa mejora de la vitalidad favorece el bienestar físico y puede ser una excelente ayuda para superar la astenia y el cansancio de fin de año.
Contribuye al rendimiento deportivo: no solo por su aporte de energía y fuerza física, sino porque ayuda a mejorar la función muscular y a su recuperación.
Favorece la concentración: esta raíz fomenta las conexiones neuronales y contribuye a la actividad de la neuronas, lo que supone una mejora de algunas funciones cognitivas, como la concentración o la memoria. Se la usa también para calmar la migraña nerviosa. Como reconstituyente, la ashwagandha se recomienda a personas mayores que sufren episodios de despistes y desorientación, y para tratar de reducirles la inquietud y los miedos.
Es afrodisíaca: los textos más antiguos de la India ya refieren las propiedades de esta hierba en la sexualidad masculina. El Kamasutra la menciona como un estimulante sexual y los estudios actuales parecen corrobación en el aumento de la testosterona. Además, por su alto contenido en hierro, la ashwagandha, se ha integrado en preparaciones herbarias para la anemia, la debilidad y la astenia. En la India se recomienda como tónico para recuperarse tras un episodio de enfermedad y crisis nerviosa.
También se la utiliza como hipolipemiante: esto es porque puede reducir la concentración de colesterol "malo", LDL y triglicéridos.
Promueve la longevidad: según un estudio realizado en la Universidad Sri Ramachandra (India) y publicado en 2016, este compuesto mejora la actividad de la telomerasa –la enzima de la juventud–, lo que abrió nuevas expectativas como ingrediente antiedad.
Refuerza la inmunidad: los estudios también apuntan a que algún componente de esta hierba apoya una respuesta inmune saludable, gracias a un efecto antiinflamatorio.
Cómo tomarla:
Aunque algunos comercializan las hojas y la raíz, es más popular y fácil de conseguir su versión de suplemento alimenticio, que se toma en cápsulas o en polvo. También, en algunos países, se puede encontrar en las modernas presentaciones de gomitas o bebible.
En cuanto a la dosis diaria, bastan 2 o 3 cápsulas al día, en ayunas para notar los beneficios de la ashwagandha.
En la India se mascan las bayas frescas o desecadas, sobre todo en periodos de convalecencia y debilidad física.
Con las hojas secas de withania se prepara una infusión –con plantas complementarias y que compensen su amargor–, y con la raíz, decocciones.
Precauciones:
Debido a su poderoso efecto somnífero, no se recomienda en dosis elevadas, ni tampoco en embarazadas o personas con problemas psiquiátricos. Consultar con el médico si se está siguiendo algún otro tratamiento, si se está tomando algún antipsicótico o si se padece alguna enfermedad. Se desaconseja también en personas con hipertiroidismo.
En productos de belleza:
La ashwagandha se está incorporando también como ingrediente en las fórmulas de cosmética tópica. Utilizada en ciertas regiones como un dentífrico natural, las fórmulas veganas también empiezan a apostar por este activo. Por ejemplo, la línea cosmética de la actriz Gwyneth Paltrow, Goop, la incorpora en su limpiador corporal, de acción vigorizante. y otras marcas la incluyen como activo en sus productos por sus bondades antioxidantes, que nutren e hidratan la piel. Por otro lado, también la incluyen en cremas hidratantes faciales por sus propiedades antiinflamatorias, antiacné y antioxidantes.
Más adaptógenos para mujeres:
Estas sustancias ayudan a que el organismo se adapte mejor a ciertos factores de estrés físico o emocional. Son tonificantes y mejoran las defensas. Te damos más opciones.
Además de la ashwagandha, hay otros adaptógenos que pueden ayudarnos a adaptarnos a los factores de estrés, inmunoestimulantes y que aumentan al bienestar.
Otros aliados antiestrés:
El ginseng siberiano: también conocido como eleuterococo, aumenta la capacidad de adaptarse a condiciones disminuir los niveles de estrés.
La maca: se consume en polvo y puede agregarse a batidos naturales para obtener distintos efectos en la salud. Uno de sus usos más comunes es como tónico energético, ya que ayuda a aumentar la energía y disminuir la fatiga.
La rodiola: ha sido clasificada como un adaptógeno debido a su capacidad para estimular el sistema nervioso, disminuir la depresión, aumentar el rendimiento, mejorar el sueño y eliminar la fatiga.
at Silvia Pardo
Comentarios