Thursday 25 de April de 2024
SALUD | 14-10-2014 19:51

¿Existe la depresión primaveral?

Para casi todos, la primavera está asociada con nuevos amores y aumento de la sociabilidad. El clima nos permite volver a salir, ya que los días son más largos y el aumento de luz solar genera diversos efectos psicológicos. Al haber menos horas de oscuridad y aumentar la temperatura, ciertas hormonas incrementan sus niveles de concentración en sangre, por ejemplo, la melatonina que afecta a las emociones, el apetito y el sueño, o las feromonas, que son las responsables del incremento del deseo sexual.

A partir de estos cambios hormonales, algunas personas tienden a sentirse más alegres, extrovertidas y aumentan sus intercambios sociales positivamente. Pero para otras, puede aparecer cierta sintomatología que denominamos “astenia primaveral o

depresión primaveral”.

Existen ciertas hipótesis: la primera se relaciona con la variación de la intensidad de luz y duración de la exposición. La luz ingresa a través de nuestros ojos hasta la glándula pineal, ubicada en el cerebro, afectando la secreción de la melatonina, hormona relacionada con la regulación de ciclos circadianos como el de sueño-vigilia y también con la estabilidad del ánimo. Esto produciría mayor sensibilidad y cambios emocionales en las personas.

La segunda estaría relacionada con el aumento de las alergias en esta época del año, que afectaría la probabilidad de sintomatología depresiva.

No me siento de primavera...

Es importante destacar que no hay evidencia científica que compruebe estas hipótesis, sin embargo, en la experiencia clínica se observa en muchos pacientes que los cambios estacionales modifican los estados emocionales.

Los síntomas que se suelen observar son:

Sentimientos de tristeza.

Quejas somáticas.

Cambios en el sueño.

Falta de interés sexual.

Fatiga.

Irritabilidad.

Son síntomas que pueden durar pocas semanas y tienden a desaparecer. También suelen observarse en pacientes que ya están realizando tratamiento psicológico, con ciertas características de personalidad.

Algunas pautas y recomendaciones que pueden ayudar

Evitar el aislamiento.

Involucrarse en actividades sociales, realizar salidas con familiares y amigos.

Buscar alguna actividad física o deportiva placentera.

Regular los tiempos de sueño.

Mantener una dieta equilibrada.

Realizar actividades y hobbies que sean del propio agrado.

Darse espacios de descanso para encontrarse consigo mismo.

Desarrollar actividades al aire libre que permitan tener contacto con la naturaleza.

Identificar áreas y actividades en las que se es competente y exitosa. Luego,

desarrollarlas con frecuencia.

Escuchar música alegre.

Ver películas y escoger libros agradables.

Regular las actividades según la energía y vitalidad, no hacerlas por obligación.

Tomar conciencia de que el desánimo y la baja autoestima son estados pasajeros,

trabajables y superables.

Tomar conciencia de que solo uno mismo puede animarse a salir adelante.

Si la sintomatología se extiende en el tiempo o aumenta su intensidad, es importante realizar una consulta médica y psicológica para, en primera instancia, descartar que no exista ningún cuadro médico que influya en nuestra salud.

*Psicóloga Clínica, especialista en Familia

Nota aparecida en Mía de esta semana. ¡Suscribite!

14 de octubre de 2014

Galería de imágenes

Comentarios

Espacio Publicitario