Tuesday 23 de April de 2024
SALUD | 13-05-2014 15:19

Sudar en exceso, un problema social

Al menos un 3% de la población global sufre de sudoración excesiva o hiperhidrosis. Eso equivale a más de 211 millones de personas que sudan en diferentes áreas del cuerpo (cara, axilas, manos, pies) y ven afectada su vida cotidiana debido a esta problemática.

“El ser humano transpira al hacer ejercicio, por ejemplo, para regular la temperatura corporal. Pero a veces también transpira involuntariamente, en situaciones de estrés o por problemas digestivos y cardiovasculares”, explica el doctor Fernando Urdiales Gálvez, médico cirujano estético y miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética. El especialista agrega: “El problema aparece cuando esta transpiración excede los valores normales y comienza a interferir en la calidad de vida del paciente”.

Hay distintos grados de afección de hiperhidrosis: un nivel en el que nunca se nota ni interfiere con las actividades diarias; otro que es tolerable, pero puede interferir con las actividades diarias; y un nivel poco tolerable, que afecta nuestra cotidianeidad.

“Cuando la transpiración además tiene un olor ácido, se llama Bromhidrosis (Osmidrosis)”, explica Urdiales. “Esto se produce cuando las glándulas sudoríparas ecrinas y apocrinas producen un fluido espeso, que al entrar en contacto con bacterias en la superficie de la piel, causa un olor a veces desagradable”, continúa.

Tratamientos

Actualmente, hay tratamientos que son dolorosos y no tienen resultados duraderos, y otros que tratan la transpiración excesiva pero no el olor. La toxina botulínica inhibe la producción de acetilcolina, o Aco, que estimula las glándulas sudoríparas. El tratamiento consiste en inyectar pequeñas cantidades de toxina botulínica cada 1 ó 2 cm, por lo que existe la posibilidad de saltarse algunas glándulas sudoríparas y que el sudor continúe. Este procedimiento, que solo es viable para tratar la hiperhidrosis, debe realizarse en lapsos de 4 a 6 meses y el paciente puede experimentar dolor y sangrado en la zona del pinchazo.

También existe el sistema de microheridas, que consiste en una pistola de microondas que se irradian en las glándulas sudoríparas en las axilas y las destruye. Dado que es un trabajo poco preciso, puede saltarse algunas glándulas, por lo que el paciente continuará experimentando alguna sudoración. Además, es un tratamiento doloroso y molesto que conlleva varios días de medicación para el dolor y hielo sobre la zona tratada.

La cirugía es la alternativa más extrema en el tratamiento de la hiperhidrosis. Requiere anestesia general y la operación consiste en realizar dos pequeñas incisiones a la altura de la axila para luego cortar los nervios que salen de la columna vertebral y llevan los impulsos nerviosos a las glándulas sudoríparas. La recuperación es más larga y hay que esperar de 10 a 15 días para retomar las actividades deportivas. El efecto adverso más común de esta cirugía es la sudoración compensadora, que consiste en la transpiración en otra parte del cuerpo una vez eliminada del lugar que originó la consulta del paciente.

Hace poco tiempor que Alma Lasers Ltd (Israel) lanzó al mercado Sweat-X, una novedosa tecnología basada en radiofrecuencia unipolar multifocal. A través de la combinación de la tecnología unipolar y coaxipolar, permite controlar la profundidad del calor, desactivando la acción de las glándulas sudoríparas de manera selectiva. “Es un tratamiento no invasivo que dura aproximadamente 20 minutos y muestra mejoras rápidamente, muchas veces luego de la primera sesión, sin efectos secundarios”, explica Urdiales, al tiempo que agrega que es indoloro, no requiere anestesia ni tiempos de recuperación tras el tratamiento.

13 de mayo de 2014

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