La deshidratación entraña otros riesgos como la alteración de la presión, cuadros confusionales, insuficiencia renal, aumenta el riesgo de caídas y fracturas.

Alfombra pintada en el suelo
Los médicos y especialmente los geriatras recomiendas
Comer liviano. Consumir preferentemente frutas y verduras. Reducir el consumo de proteínas. Es mejor comer más veces en el día pero menos cantidad.

Ahorrar tiempo y dinero en una mudanza
Abundante hidratación: el cuerpo transpira más para lograr enfriarse y mantener una temperatura adecuada, por lo que se debe reponerse el líquido perdido.

Puertas de granero de madera
Hay que tener especial atención y comunicarle al médico el uso de diuréticos, ya que en verano puede requerirse la reducción de dosis. En esta etapa de la vida disminuye la sensación de sed dado que el hipotálamo (área de cerebro que produce hormonas que controlan la sed, el hambre, la temperatura corporal) ya no funciona como antes.
El alcohol da más sed y deshidrata.
Evitar los cambios bruscos de temperatura: permanecer en lugares frescos y a la sombra.
Ejercicios físicos: no suspenderlos pero hacerlos durante la mañana temprano o a la tardecita cuando baja el sol.
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