El principio de acción y reacción se aplica también a las relaciones. Todos sabemos que la violencia genera más violencia, pero a la hora de actuar, lo olvidamos. Nadie quiere ser el primero en cortar la cadena. Y cuando alguien lo hace o quizás por eso mismo lo interpretamos como un signo de debilidad.
El tiempo y la maternidad
Sin embargo, actuar con amor es uno de los actos de mayor valentía. Cualquiera actúa con violencia. Actuar de manera violenta no necesita de ningún compromiso con uno mismo o con los demás. Actuar con violencia es usar el miedo para controlar las relaciones. Y sin ninguna duda, ni el miedo, ni el control, tienen que ver con el amor.
Si no actuamos con amor, terminaremos respondiendo con algún grado de violencia. A veces devolvemos lo mismo o un poco más de lo que creemos haber recibido. En otros casos, vamos a responder ignorando a quien accionó contra nosotros que es otra forma de violencia. Y la violencia peor, porque no le parece, es aguantarnos y no responder. Y digo que es la peor, porque mezcla ña violencia hacia el otro con la violencia a nosotros mismo: aparece la ira contra el otro y contra nosotros, por no animarnos a responder ante la acción que estamos soportando.
Comentarios