Los celos son una de las peores caras del apego. Son la manifestación de que no se desea perder lo que es “de uno”, como si las personas pudieran considetarse “propiedad”. Un poco de celos puede ser un buen afrodisíaco, pero cuando los mismos revisten un grado importante, pueden hacer sufrir enormemente a los miembros de una pareja.
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En general, la persona celosa sufre de profundas inseguridades que la llevan a creer que no es merecedora del cariño o el amor del otro. Los celos son un sentimiento común a todas las personas pero cuando se vuelven inmanejables hasta pueden llevar a situaciones de violencia.
Qué hacer si a tu pareja la están consumiendo los celos:
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Tengan un diálogo franco: conversá con él o con ella acerca de cómo te lastima su falta de confianza. Pedile que te abra su corazón; seguramente hay heridas de la historia personal que se trasladan a la situación actual.
Asumí que brindar “garantías” no sirve. Por más que te encierres en casa para que tu pareja esté “tranquila”, nada será suficiente porque un celoso siempre encontrará algún nuevo motivo para desconfiar. En tiempos de redes sociales, los dispositivos móviles también son fuente de sospecha para aquel que desconfía.
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Intenten consensos: en la medida en que los celos estén dentro de los parámetros de la “normalidad”, es decir que no hagan un infierno de la vida cotidiana, pueden tener un diálogo honesto sobre aquellas cuestiones que gatillan el sentimiento para evitarlos.
¿Crees que él o ella puede cambiar? Las personas muy celosas suelen pasar del arrebato de ira a la culpa. Y puede que caigas en la ilusión, en las etapas de amorosas disculpas, de que las cosas cambiarán. Estate atenta, no hay fórmulas mágicas cuando de modificar una conducta histórica se trata. Todo requiere de un paciente trabajo interno.
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¿Pasó el límite de lo tolerable? Si tu pareja te bombardea a preguntas del tipo “con quién hablas?, “¿adónde vas?”, ¿”a qué hora volvés?”, estás en problemas. Difícilmente esté en tus posibilidades solucionar el tema sin ayuda profesional.
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Pensá si estás dispuesta a acompañar en el proceso de curación: los celos no se resuelven de un día para el otro porque son la manifestación de una historia personal, que no puede repararse en un día. Sé honesto/a con vos y pensá si estás en condiciones de acompañar a la persona que amás en el proceso de sanar sus cicatrices.
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