Thursday 25 de April de 2024
COCINA | 27-09-2017 09:16

Lácteos ¿si o no?

Uno de los comportamientos alimentarios atípicos del ser humano entre  las especies aniamales es que somos la única que bebe leche de otras y luego del destete natural. Aun que las capacidades congnitivas del ser humano se caracterizan por tener el potencial de ampliar posibilidades y mejorar nuestro vìnculo con el entorno, en materia de promoción de hábitos alimentarios hemos cometido y seguimos cometiendo muchos errores;: la cantidad de lácteos que consumimos, la forma en que los producimos y los procesos a lo que sometemos parecen ser razones de peso detrás del gran deterioro de la salud humana en las últimas décadas, especialmente en relación al avance de las enfermedades degenerativas.

Con frecuencia se repite que la leche es la mejor fuente de calcio para mejorar y preervar nuestra masa ósea ¿Esto es realmente así? Desde hace años, aunque tapadas por los intereses de la industria alimentaria, se escuchan voces que dien todo lo contrario: ninguna investigación independiente ha aportado una prueba real que manifieste de manera clara que el consumo de lácteos fortalezca y promueva la salud de los huesos.

Por otra parte, hay estudios muy serios que han determinado que en los países donde màs làcteos se consumen, el riesgo de fracturas y osteoporosis es mayor, es decir, a más leche menos capital óseo. Como contrapartida, la evidencia se explicita aún más, en aquellas regiones o países donde el consumo de leche es menor o nulo, los índicen son inversamente proporcionales  a los anteriormente señalados.

Si deseamos alternativas a la leche, podemos hacerla de semillas como la almendra, avellana o, especialmente, el sésamo y todas nos aportarán una muy buena dosis de calcio. Junto con las hortalizas, las algas y las legumbres, nos ayudan a obtener las cantidades necesarias y asimilable de este importante mineral.

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