En diciembre de 1977 Chonino, de ocho años de edad, ingresó a la fuerza de la Policía Federal y junto con otro perro ayudó en la realización de sus tareas a dos agentes que estaban recorriendo la Avenida General Paz en la noche del 2 de junio de 1983. En el camino los agentes se encontraron con dos sospechosos a quienes exhigieron presentar su documentación. Los hombres se negaron y así, comenzó el tiroteo.
Tos de las perreras, el mal de las guarderías
Uno de los dos policías resultó herido. Ante esto, Chonino se abalanzó sobre uno de los delincuentes al que logró vencer, sin embargo el otro sujeto le disparó en el pecho. El canino falleció junto al policía, no sin antes quedarse con los documentos de uno de los atacantes.
El trabajo de Chonino no fue en vano ya que cinco días después del hecho, la policía logró detener a los delincuentes.
Armá tu urban jungle
Los restos de Chonino descansan en el círculo de la Policía Federal Argentina. Además, en el interior del predio de la Policía Montada, levantaron una estatua de bronce en su honor.
¡A pintar la pileta!
Desde 1991 la calle que une la Avenida Casares con la calle Salguero, en la Capital Federal, se denomina Pasaje Chonino.
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