Tuesday 16 de April de 2024
FAMILIA | 02-05-2017 09:31

Cuando no cuentan nada

Toda madre o padre estará viviendo esta escena por estos días: "¿Cómo te fue en la escuela hoy?" "Bien". "¿Qué hicieron?" "Nada."

No hay padres que se resistan a hacer las mismas preguntas cuando retiran a sus hijos del jardín o la escuela y no hay hijos que ofrezcan más que una respuesta monosilábica o sinsentido porque los adultos sabemos que no pueden haber hecho "nada". Lo primero es no perder la paciencia porque es importante que los niños cuenten, no solo para calmar a los padres, que quieren saber sobre ellos, sino también porque es beneficioso para el desarrollo del niño.

Que los chicos permanezcan callados al llegar a casa no significa que no tengan interés en contar cómo fue su día. Antes de enojarse con ellos, los padres deben pensar: ¿Después de un día agotador de trabajo, tienen ganas de contar enseguida cómo fue o prefieren un momento para sí mismos? Al igual que los adultos, los niños también tienen distintas maneras de lidiar con la rutina.

Para empezar, al ser menores, suelen necesitar más tiempo que los adultos para las transiciones de la rutina. Por eso es importante darles para hacer esa transición. A veces, necesitan hacer primero una pausa de 15 minutos o una hora o tal vez prefieren contar cómo fue su día durante la cena.

Que los niños hablen sobre su día les permie centrarse en ellos mismos, ser conscientes de sus sentimientos y sensaciones, de lo que les gusta y lo que les hizo felices. Para alentar a los chicos a hablar, los padres deberían hacer preguntas abiertas pero que no se puedan contestar con "si" o "no". Es decir, en vez de preguntar "¿te divertiste hoy?", peguntar "¿Qué fue lo más divertido de hoy?". También se puede preguntar sobre cuestiones determinadas que le gustan al niño, como la clase de gimnasia. A veces ambié pueden de ser de utilidad abrir el diálogo contando primero uno cómo fue el día.

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