A pesar de que los aztecas adoraban a la chía y los incas se alimentaban a base de quinoa, hace miles de años, la industrialización hizo caer a casi cero el consumo de semillas hasa que recientemente volvieron a registrarse grandes incrementos en la compra de negocios naturales.
La química del beso, beneficios cuerpo-mente
El combo de semillas es capaz de darle batalla al colesterol, el exceso de peso y hasta proeger contra el cáncer.
Girasol
Si ya el aceite es un gran nutriente, las semillas lo son aún más. Su riqueza está es sus ácidos Omega 6. Este tipo de grasas sanas son precursoras de sustancias que modulan la respuesta orgánica frente a las inflamaciones y equilibrar la presión arterial.
Comprarlas ya peladas facilitará su uso y consumo y hacerlas en casa evitará las que se venden en el mercado muy saladas. Se pueden asar, cocinar o torrar.
Chia
Es una excelente fuente de proteínas, igualando a arvejas, garbanzos y lentejas. Como también contiene un tenor elevado de fibras, estimula la saciedad y mantiene el correcto funcionamiento intestinal. Además, su mayor atractivo es el equilibrio de ácido grasos Omega 3 y 6, responsables de su poder antiinflamatorio. Cuando la dieta se recarga con Monega 6, una amenaza para las arterias sanguíneas, este equilibrio es bienvenido.
Sésamo
Es famosa por su aporte de calcio pero pocos saben por qué: un adulto necesia 1.000 miligramos diarios de ese mineral para buena formación ósea y la prevención de osteoporosis y solo 100 gramos de esta semilla le da al organismo 825 miligramos. O sea que consumir un puñado de 20 gramos de semillas contiene el mismo calcio que un vaso de leche. De hecho, es el nutriente más recomendado en dietas veganas. Y también es buena para quienes quieren perder peso.
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