Thursday 18 de April de 2024
SALUD | 16-12-2016 17:57

Bebés prematuros: cómo y porqué estimularlos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que más de las tres cuartas partes de los bebés prematuros (en torno al 8% en la Argentina según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación), pueden salvarse si reciben los cuidados adecuados. Algunos de  ellos son sencillos y eficaces, como es el caso de favorecer el contacto piel a piel (CoPaP) entre la madre y su hijo.

Un trato especial

El contacto piel a piel entre la mamá y el bebé es vital, ya que lo ayuda a adaptarse a un nuevo mundo para él. Sacar a los prematuros de las incubadoras y ponerlos piel a piel con sus madres –y, también, con sus padres– el mayor tiempo que sea posible durante la internación en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales es considerado por muchos expertos y por reconocidas instituciones médicas y científicas uno de los grandes avances en el cuidado de estos pequeños.

La lista de beneficios para el bebé y para la madre es extensa: el contacto piel a piel mejora la regulación de la temperatura del bebé, la oxigenación de su sangre y su respiración, al tiempo que estabiliza su frecuencia cardíaca; asimismo, estimula la iniciación y el mantenimiento de la lactancia materna. La técnica del contacto piel a piel que hoy se alienta a practicar dentro de las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales es sencilla y, fundamentalmente, busca reproducir una situación natural. De lo que se trata es que el bebé sea colocado sobre el pecho  descubierto de su mamá o su papá, favoreciendo el contacto entre la piel de ambos, tantas veces como los padres quieran (y puedan) realizarlo durante el día: una o varias veces. Claro que para poder implementar el “Copap” es necesario que médicos y enfermeras estén de acuerdo en que el bebé se encuentra estable fisiológicamente como para poder salir de la incubadora sin correr riesgos.

Corazón a corazón

Con ese visto bueno, lo que se busca es que la mamá o el papá se encuentre cómodamente sentado –en un sillón o una reposera con apoyabrazos–, vestido con una remera o camisa con botones que permita deslizar al bebé dentro de la misma para lograr el buscado contacto piel a piel.

El bebé, por su parte, debe estar vestido tan sólo con pañal y gorro, para favorecer, así, una mayor superficie corporal de contacto con su madre o padre, quien lo sostendrá con su antebrazo para que el pequeño recueste su cuerpo sobre el pecho en posición tal que su mirada conecte con la de su mamá o su papá.

Una hora, cuanto menos, es el lapso de duración recomendado para el contactopiel a piel, ya que ese es el tiempo necesario para que el bebé pueda estabilizar sus parámetros fisiológicos, pudiendo obtener entonces las bondades de esta técnica.

Un meta-análisis demuestra que entre los bebés que tuvieron este contacto con sus papás durante su internación hay una menor frecuencia de infecciones intrahospitalarias y de enfermedades respiratorias bajas.

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