Las endibias no son para los golosos. Contienen inulina, que es lo que les da ese sabor tan amargo.
Vainilla, la superespecia
Pero la inulina tiene otras ventajas: estimula el funcionamiento de la bilis y de la vejiga. La intibina, en cambio, también presente en la endibia, abre el apetito. Por eso se suele servir como entrada.
Por otra parte, es una verdura muy baja en calorías. Aporta sólo 10 cada 100 gramos y, sin embargo, es muy nutritiva porque contiene flavonoides, que se supone que combaten a los radicales libres en el organismo.
Membrillo: Una fruta digestiva
Además, son un buen aporte de potasio, fosfato, calcio, sodio y betacarotenos.
Apio, el regulador de la dieta
Un secreto para sacarles un poco el sabor amargo es colocarlas un momento en agua tibia, o preparar una salsita con un poco de azúcar para acompañar.
FUENTE: dpa
26 de septiembre de 2016
Comentarios