Cabalgar exige muchos músculos del cuerpo. El jinete se balancea permanentemente junto con el caballo y eso hace trabajar muchas zonas musculares, en particular las del torso.
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Pero en esta actividad la práctica muscular es muy particular. No es el mismo tipo de acción que se da, por ejemplo, en un gimnasio, ya que si se tensionaran los músculos al máximo, sería imposible adaptarse a los movimientos del caballo, que requieren que el jinete se mueva de adelante a abajo, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo en un hilo continuo y permanente.
Así como en otras actividades se hacen pequeñas pausas entre uno y otro ejercicio, al cabalgar el movimiento es ininterrumpido.
FUENTE: dpa
14 de abril de 2016
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