Para la mayoría de los perros, contar con un compañero es enriquecedor, pero tener dos perros significa para el dueño, además de doble alegría, también doble trabajo, tiempo y costos. Cambia la organización de la rutina diaria, así como la de las vacaciones.
Tos de las perreras, el mal de las guarderías
Es importante que el amo sepa leer el lenguaje corporal de los animales. El líder tiene que seguir siendo el dueño, de modo de evitar malentendidos. Sólo se recomienda sumar un perro al hogar cuando los que ya viven en él fueron bien adiestrados.
Tener varios perros tiene muchas ventajas. Son animales de manada que se sienten mejor en grupo y prefieren cuidar la casa de a dos antes que solos. Pero deben ser compatibles. Para ello hay que evaluar el carácter del perro. ¿Es enérgico o más bien tranquilo? ¿Curioso con otros perros, o más bien solitario? También es importante la edad: si un perro de 12 años es obligado a convivir con un cachorro, lo más probable es que no lo disfrute demasiado y en algún momento se canse o se estrese.
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Esto también rige cuando a un perro enérgico le agregan un cachorro, aunque en ese caso, el estrés será de las personas que conviven con ellos. La mayoría de la gente se olvida de las travesuras que puede hacer un cachorro. Tampoco hay que creer que el perro más joven copiará sólo los mejores hábitos del perro más viejo.
¡A pintar la pileta!
Lo mejor es que tengan una diferencia de edad de cuatro años; de modo que cada perro conserve su propia esfera vital. Esto también evita problemas con el rango de cada animal.
Agapanto: La flor del amor
También hay que preparar el momento en que el perro antiguo y el nuevo se conozcan. Lo ideal es un lugar neutral, un sitio que no conozca siquiera el perro más viejo. De este modo, los dos podrán acercarse de a poco y con tranquilidad.
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22 de octubre de 2015
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