Thursday 28 de March de 2024
FAMILIA | 16-04-2015 21:40

"Mi hijo se distrae en clase"

A menudo los padres son llamados al colegio por que sus hijos son inquietos, no llegan a copiar del pizarrón a tiempo o directamente ponen la fecha y ahí queda la producción del día de clases, no dejan de charlar o interrumpen todo el tiempo.

Suelen llegar los cuadernos de comunicaciones con pedidos hacia los padres que hablen con su hijo y lo concienticen de la importancia de trabajar en clase. Ante esto, uno como padre se siente perdido, y más de una vez se pregunta: ¿cómo hago para que mi hijo copie en el colegio mientras yo estoy a 30 cuadras trabajando en la oficina?

Estas alertas suelen ser tomadas, en algunas ocasiones, como respuesta a situaciones de estrés, como por ejemplo procesos de adaptación a nuevos ámbitos de enseñanza. Sin embargo, puede suceder que esto se mantenga en el tiempo, aparezca en todos los colegios por los que ya circuló el niño buscando una educación adecuada a sus características y ya hayamos descartado todas las vicisitudes del contexto que podían generar este problema. Entonces, ¿qué hacer?, ¿cómo puedo ayudarlo?, se preguntan los padres. Y esta es una de las sensaciones con la que llegan agotados y sintiéndose culpables a la consulta terapéutica.

¿Por dónde empezar?

Lo principal es lograr dar con un profesional con una mirada amplia que permita evaluar todos los aspectos que se ponen en juego en el proceso de aprendizaje y atención, que evalúe los procesos de aprendizaje y lecto-escritura y que pueda plantearse todos los cuadros biológicos y reactivos que pueden dar un trastorno atencional.

Es obvio que este nivel de análisis sólo podrá hacerse con la mirada conjunta de un equipo interdisciplinario, en el que el profesional a cargo pueda contar con psicólogos, psicopedagogos, especialistas en lenguaje, neurólogos y psiquiatras infantiles, quienes según la situación particular de cada niño participarán en el proceso de evaluación.

Una evaluación interdisplinaria permitirá determinar si existe una dificultad de aprendizaje; un niño con dislexia; si la distracción es reactiva a situaciones del contexto o traumáticas; si hay procesos afectivos o de ansiedad que también puedan estarse expresando con dispersión atencional; o si presenta un trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad (llamado TDAH o ADHD en inglés).

¿Qué es el TDAH?

Este cuadro, del cual tenemos conocimiento de su existencia desde 1902, es de origen neurobiológico, heredable y tiene una prevalencia de 3-5% según los distintos estudios a lo largo y ancho del planeta, independientemente de la cultura, las pautas de crianza o las etnias.

Se expresa más frecuentemente en el sexo masculino, predominando la hiperactividad e impulsividad. Sin embargo, también está presente en el sexo femenino: cuando se expresa en las niñas, éstas suelen ser más bien dispersas antes que hiperactivas.

¿Cómo se trata?

Luego de arribado al diagnóstico, se definirá cuál es el área psicoterapéutica a priorizar, ya sea psicoterapia focalizada, reestructuración neuro-cognitiva o, en algunos casos, inclusión de medicación especifica.

La orientación a los padres es fundamental, y es vital que reciban los lineamientos de cómo anticiparse a la situaciones cotidianas donde el TDAH se filtra y condiciona la conducta.

Este tratamiento puede hacerse en forma individual o en grupo, donde varios padres reciben en forma conjunta estrategias de manejo para hijos con este cuadro.El abordaje grupal ha demostrado ser sumamente efectivo y da a los padres la posibilidad de anticiparse a las dificultades que sus hijos puedan plantear en la crianza.

ASESORÓ: Dra. Andrea Abadi – Jefa del Departamento Infanto Juvenil de INECO.

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