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FAMILIA | 10-02-2015 20:02

Amor y autoestima, enredados en tiempos virtuales

Se acerca el Día de San Valentín y determinadas emociones parecen activarse todavía con más fuerza. La necesidad de tener una pareja, alguien con quien compartir las cosas de la vida y el lidiar con la soledad (que no siempre es elegida) cobran protagonismo en estos días en lo que todo parece apuntar al amor.

En un mundo virtual como el actual, datos muy interesantes nos hablan de cómo el amor tiene una participación pronunciada en las redes sociales y los sitios para encontrar pareja. Cada vez más hombres y mujeres se conocen por internet y los estudios científicos lo corroboran. En Chicago, un relevamiento demostró que los que se conocen por internet se casan más rápido -a los 18 meses en promedio- que quienes se conocen por otros medios -42 meses promedio-. Los datos revelan que sufren un 25% menos de divorcios y que el 94% de los casados online continuaron juntos al menos hasta 2012, en comparación con el 92% de los del "grupo offline". Además, los investigadores se sorprendieron al encontrar que más de un tercio de las personas casadas, con mayor educación y poder adquisitivo, conocieron a su cónyuge haciendo uso de las redes sociales, salas de chat, sitios de citas online y blogs, entre otros.

Según publicó la Academia Nacional de Ciencias de los Estado Unidos, tras analizar una encuesta del sitio de encuentros eHarmony realizada a 19.131 participantes que se casaron entre 2005 y 2012, descubrió que un tercio de los matrimonios en el país comienzan a través de Internet. Curioso y no tanto, tomando en cuenta que Facebook, tan solo, cuenta con 1.390 millones de usuarios mensuales (1.190 millones accediendo por sistemas móviles) cuyo interés central es… conectarse con otro.

Los sitios virtuales que nacieron a la sombra del prejuicio de que eran para los “solterones” van adquiriendo un protagonismo inusitado en todas las edades, específicamente en la etapa que antecede al amor, que es la del conocimiento. Así, en encuestas realizadas, el 80% de los varones y el 63% de las mujeres respondieron que los sitios de encuentro facilitan las conquistas. Datos que surgen de un estudio a cargo de la consultora Livra indican también una mayor tendencia a la concreción de parejas por el medio virtual. La encuesta en la Argentina fue realizada sobre un total de 400 personas de entre 24 y 55 años en distintos puntos del país. El 79,7% de los hombres y el 63,8% de las mujeres de entre 34 y 44 años consideran que los sitios de encuentro facilitan las posibilidades de conquista.

Dentro de este marco, se distingue que el 64,4% de los hombres y el 44,8% de las mujeres reconocen haber salido alguna vez con alguien que conoció a través de Internet. Por otro lado el estudio revela que el 86,4% de los hombres y el 77,6% de las mujeres consideran que se puede encontrar pareja en la web. Asimismo, el 71,2% de los hombres y el 70,7% de las mujeres tienen algún amigo o conocido que encontró novio/a por esa vía. Uno de los últimos datos desprendidos de este estudio es que un buen porcentaje de hombres y mujeres considera que la comunicación por Internet ayuda a superar la timidez, amplía el abanico de opciones y simplifica las formas de conocer a la persona "ideal".

Y aquí nos encontramos con una gran variable en lo que hace a “la conquista”. Para conquistar a otro, tenemos que tenernos conquistados a nosotros mismos. Nos estamos refiriendo a nuestra autoestima, a cómo nos vemos a nosotros mismos, qué imagen tenemos (y transmitimos) de nosotros mismos a los demás. Nuestra autoestima es producto de toda nuestra historia personal: si fuimos confirmados en nuestros puntos fuertes por las personas significativas que acompañaron nuestro crecimiento, si hubo tolerancia para con nuestras dificultades, si éstas se tomaban como posibilidades de aprendizaje, si los errores se absorbían de una manera más natural y dramática.

A todos nos sorprende ver a personas que carecen de los atributos físicos considerados deseables y que sin embargo son exitosas en sus estudios o trabajos y logran amar y ser amadas sin dificultades y casi sin proponérselo. ¿Qué hace que ellos puedan lograr lo que desean, sentirse bien y ser felices y otros no? Principalmente su propia actitud. No se comparan con los demás, se agradan a sí mismos, se convencen de ser únicos, se aceptan como son y pueden adoptar una conducta que hace que los demás piensen lo mismo. Son personas que se atreven a sentirse seguras, que no tienen miedo a fracasar, que pueden reírse de si mismos y que poseen una gran tolerancia a la frustración. Comenzar a aceptarse a uno mismo tal como se es es el primer paso para ser valorado y deseado. Ser ni más ni menos que uno mismo. Y que el crecimiento y los cambios que se busquen estén destinados a lograr también “la mejor versión de uno”.

Es clave que la construcción mental que fuimos haciendo de nosotros mismos sea la de alguien potente, seguro, confiado… Pero cuando no ocurre así, esto es fácilmente observable para el entorno. El modo de caminar de una persona, el tono débil de su voz, su postura, su inseguridad, la falta de confianza en sí mismo, su carencia de convicciones o su dificultad para defender su posición, si la tiene, revelan cómo se siente consigo mismo y lo poco que se valora. Estas personas suelen fracasar más fácilmente en el amor (y en otros ámbitos), y se relacionan afectivamente con sádicos o comprometidos que los usan. La persona con baja autoestima aceptan estos vínculos por creer que nadie más valorará sus cualidades y esto es lo mejor a lo que se puede aspirar.

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Tenemos que aprender a elegir en el amor y la primera condición debería ser alguien en quien podamos confiar. Claro, para esto es necesario que consideremos qué es eso lo que nos merecemos y que está en nosotros la posibilidad de elegir también, no sólo aceptar lo que se nos presente. Un mayor autoconocimiento nos da una identidad más firme. Lo más importante para el logro de una identidad firme es el compromiso con una postura personal coherente, y la coherencia interna es el primer paso para lograr el respeto y el aprecio por uno mismo. Porque aprender a quererse y respetarse es el primer paso para la relación de pareja.

ASESORÓ: Lic. María Gabriela Fernández (MN 17735). Instituto Sincronía, Especialistas en estrés, ansiedad y emociones. www.instituosincronia.com.ar / [email protected]

10 de febrero de 2015

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