Thursday 28 de March de 2024
SALUD | 09-09-2014 07:00

Cómo tratar la incontinencia urinaria

Una de cada tres mujeres mayores ve su vida afectada por la incontinencia urinaria ligada al esfuerzo (pérdida de orina ante el incremento de la presión abdominal o el cambio de posiciones) que se produce cuando los músculos pélvicos se aflojan, ya sea por la edad o por cuestiones físicas ligadas al post parto. El 60% de estas mujeres también sufre de incontinencia de urgencia (vejiga hiperactiva por contracciones anormales de la misma).

El tejido vaginal normal consta de una capa fina superior (la epidermis) que descansa sobre una capa más profunda (la dermis). La dermis contiene una base de colágeno y elastina que le da su estructura y soporte. Pero el envejecimiento, y en menor medida el sobrepeso, degradan el colágeno normal del tejido vaginal y lo remplazan con fibras elásticas anormales que no tienen la capacidad de estirarse y volver a su estado original. La solución a esta problemática consiste en fortalecer los músculos pélvicos para que las fibras de colágeno estén firmes y no haya pérdidas de orina.

Actualmente hay tratamientos que no son definitivos, muchos que son dolorosos y generan incomodidad y otros que pueden tener efectos secundarios. Existen los ejercicios pélvicos que buscan fortalecer el músculo y sólo sirven para mejorar incontinencias leves, y también los procedimientos de cabestrillo (suspensión del cuello de la vejiga por medio de un soporte hecho de origen animal o sintético) que pueden dañar la uretra, generar infecciones o rechazo al material externo.

Asimismo, hay tratamientos más costosos, como las inyecciones de colágeno alrededor de la uretra, que logran mejorías del 63% al 86%, pero son muy dolorosas y no se han reportado aún resultados que se mantengan a largo plazo. También se puede implantar un esfínter urinario artificial, pero en estos casos es necesario realizar un seguimiento durante largo tiempo para controlar el material implantado. “Las complicaciones relacionadas al implante artificial del esfínter urinario conllevan, en el 50% de los casos, revisiones hasta 8 meses después de la operación. En más del 20% de los casos promedio existen erosiones, infecciones, mal funcionamiento y complicaciones”, explica el Dr. Gabriel Femopase, ginecólogo.

En los casos extremos y que revisten mayor gravedad, los pacientes optan por la cirugía que, como toda intervención quirúrgica, requiere de anestesia y post operatorio, por lo que sólo un 5% de los afectados elige esta opción.

Actualmente se ofrece en la Argentina un nuevo sistema láser que, afirma Femopase, "brinda una solución indolora con resultados inmediatos, y se realiza en forma ambulatoria en pocas sesiones”. Se trata de una pieza de mano intravaginal que se conecta al laser de dióxido de carbono (CO2 - 10.600 nm) y emite un haz fraccionado en forma de pixeles que se aplican sobre las paredes de la cavidad vaginal. Estos pixeles crean un micro daño térmico en la mucosa dejando zonas sin afectar de manera tal que el tejido se recupere rápidamente. El calentamiento hace que el colágeno de la mucosa se contraiga y se genere nuevo permitiendo que el tejido se afirme.

"El haz pixelado de la sonda o pieza de mano vaginal posee una mayor precisión, lo que reduce significativamente el tiempo del tratamiento”, explica el especialista, al tiempo que agrega: "Esta tecnología se basa en el mismo principio de fraccionamiento que se utiliza hace mas de 10 años en Dermatología y Cirugía Plástica para el rejuvenecimiento de la piel y borrado de arrugas".

09 de septiembre de 2014

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