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SALUD | 29-08-2013 22:00

Cómo evitar lesiones hogareñas en manos y brazos

Las actividades cotidianas están en su mayoría mediadas por las manos, valioso nexo de unión entre nosotros y el entorno. Su cuidado frente a accidentes domésticos y la prevención de lesiones provocadas por malos hábitos (movimientos incorrectos y posturas forzadas) resultan entonces indispensables. Diversos relevamientos demostraron que las regiones corporales más frecuentemente afectadas en accidentes domésticos suelen ser las extremidades, en particular las superiores (alrededor del 45% de los casos) y la cocina resultó el área en que se produjeron casi la mitad de los siniestros. Por ejemplo, el miembro superior y la mano están afectados en cerca del 40% de todos los casos de quemaduras.

Pero, además de los accidentes domésticos, muchas personas (especialmente mujeres) padecen afecciones de diversa gravedad producto de la realización de las tareas del hogar. Éstas constituyen una fuente de lesiones por ser en su mayoría actividades manuales, con demandas físicas de tipo postural y repetitivo. Asear el hogar, manipular ollas o baldes cargados, hacer las compras o atender a un bebé son potencialmente peligrosas para la columna vertebral y las extremidades superiores, si no se realizan con precaución y teniendo en cuenta principios ergonómicos.

Los síntomas de una lesión se manifiestan como dolor en los músculos o las articulaciones; sensación de hormigueo en el brazo o la mano; pérdida de sensibilidad, fuerza y capacidad de prensión. Las causas suelen ser posturas inadecuadas, movimientos incómodos y falta de tiempos de reposo. Frente a estos síntomas es indispensable consultar a un especialista ya que con el tratamiento adecuado es posible curar la lesión.

Movimientos rápidos de forma repetida (aun sin implicar un gran esfuerzo físico), posturas que suponga una contracción muscular continua de una parte del cuerpo (por mobiliario o herramientas inadecuados), esfuerzos bruscos con un grupo muscular específico y la manipulación manual de cargas provocan alteraciones en el sistema osteo-muscular. Por ello brindamos aquí algunos consejos para prevenir este tipo de afecciones:

Atención con el peso. Un límite seguro en el peso del objeto a manipular es de 23 kg. siempre que se mantenga la carga pegada al cuerpo y a la altura de la cintura, que no se realicen giros mientras se sostiene la carga y que la cantidad de veces que se levanta este peso no sea muy elevada. En el caso de los baldes, ollas, fuentes, el límite de peso se reduce a unos 5 litros de líquido y se aconseja moverlos con ambos brazos.

Evitar posturas forzadas. El soporte (mesa, tabla de planchar, mesada, etc.) sobre el que se realiza la tarea debe permitir la completa extensión de los brazos para evitar una excesiva contracción de hombros, cuello, codo y muñecas. Asimismo, evitar las posturas incorrectas debido a un agarre inapropiado de los utensilios para las tareas domésticas, al acceso a la zona de trabajo desplazando el cuerpo en su totalidad en lugar de estirar los brazos. Dado que trabajar con miembros superiores en altura (limpieza o guardado en alacenas, tender ropa, cortar ligustrinas) pueden producir lesiones en el hombro, se sugiere la utilización de escaleras para acceder a zonas elevadas. Además, el trabajo de amasar, lavar a mano y planchar pueden ocasionar artrosis de pulgar y tendinitis de mano, muñeca y codo (codo de tenista) y adormecimientos de dedos de la mano (síndrome de túnel carpiano).

Alternancia de tareas. Planchar o cocinar demandan una posición de pie por largos períodos lo que produce fatiga tanto en las articulaciones de caderas y rodillas (y a largo plazo trastornos circulatorios) como en los miembros superiores. En este caso la recomendación es alternar las tareas que deban realizarse de pie con otras que puedan hacerse sentados para permitir la relajación y recuperación de los músculos y articulaciones afectadas. Y por otra parte, lo recomendado en las tareas repetitivas es realizar la actividad durante 40 minutos con intervalos de esparcimiento de 10 a 15 minutos y luego retomar.

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Instrumentos apropiados. Es indispensable utilizar herramientas y accesorios en buen estado de conservación y con las medidas (peso y longitud) apropiadas a la persona que lo emplea. Por ejemplo, al barrer la persona no debe inclinar su cuerpo hacia adelante ni contraer los miembros superiores por encima de la línea de la cintura. Asimismo, es aconsejable usar carritos para el traslado de materiales y así evitar esfuerzos de tracción o empuje innecesarios con los brazos.

Minimizar movimientos repetitivos. Se recomienda realizar una alternancia de tareas para emplear grupos musculares distintos permitiendo así la recuperación de los utilizados en la tarea anterior. Esto vale también para los brazos ya que normalmente la persona sobrecarga la extremidad dominante (derecha para los diestros e izquierda para los zurdos).

Considerar estos consejos basados en principios ergonómicos y anatómicos permitirá evitar lesiones que, repetidas en el tiempo y sin el tratamiento adecuado, generarán afecciones e incapacidades de diverso grado.

Un aspecto de suma importancia es el desarrollo de actividades deportivas de sostén para tonificar y fortalecer músculos (gimnasia, natación, etc.) y otras como yoga orientadas a mantener buena elongación.

En conclusión, además de la prevención y la incorporación de hábitos y conductas saludables, una vez que la lesión aparece manifestándose por dolor en músculos y articulaciones, cosquilleo y adormecimiento en los miembros superiores es indispensable la consulta con un traumatólogo especialista quien orientará sobre el tratamiento más adecuado para revertir la situación y mejorar la calidad de vida presente y futura del paciente.

* Médico Traumatólogo Especialista en Cirugía de Mano y Reconstructiva de Miembro Superior y Miembro de la Clínica para el Diagnóstico y Tratamiento de Patología de Hombro, Codo y Mano de Buenos Aires.

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