Thursday 28 de March de 2024
SOCIEDAD | 19-07-2013 15:18

Conocéte más con el test lunar

Los planetas en una carta natal representan herramientas, talentos a desarrollar. Uno de ellos, en verdad un satélite, es el cuerpo celeste más cercano: la Luna. Astrológicamente, simboliza la cualidad más conocida, representa cómo fuimos criados y nos vinculamos con nuestra madre, en realidad, nos une a aquel ser del que alguna vez dependimos totalmente para nuestra supervivencia. Esa memoria es ahora la base de nuestra capacidad para proteger y maternizar, delatando también cuánta dependencia generamos en aquellas personas o lugares que nos importan.

La función lunar nos permite ver cuánto podemos o no proteger sin quedar pegados o identificados con aquello que cuidamos. Suele ser difícil vivir sin apego y lograr un correcto funcionamiento de la condición protectora y maternal. Muchas veces nos refugiamos buscando excesivos cuidados o extrema dependencia en otros, en otras familias o en reconocimientos laborales o institucionales. Creamos vínculos de necesidad poco creativos, quedamos atrapados en roles de protegidas o protectoras, de madre-hijo/a. Nuestra vida queda cautiva del miedo y de la necesidad de ser reconocidos por aquel al que se cuida o de excesiva dependencia de los que nos cuidan, siendo difícil desarrollar intereses, deseos o proyectos más allá de la seguridad de lo conocido.

Solemos estar llenas de miedos e intentando controlar la vida, buscando en personas o en trabajos una protección absoluta. Los miedos que nos atraviesan, nos empujan a crear vínculos plagados de malos entendidos y de anhelos de pertenencia incondicional. Proyectamos en parejas, en roles, en empresas o en principios ideológicos un espacio donde entregarnos totalmente, sentirnos absolutamente contenidos.

La Luna, en su rol de proteger, puede ser irreconciliable con otras funciones o planetas de nuestra carta natal, que habilitarían nuestra salida al mundo, a un acción independiente más allá de nuestro lugar conocido y seguro en la familia o en el trabajo. Esta búsqueda de protección absoluta, de fundirse en otro que proteja, remite en nuestro inconsciente a la “gran madre”, una imaginaria y universal que sería una mujer extremadamente compasiva y amorosa, que está siempre allí para nosotros, para disolvernos en un abrazo eterno que calmaría todas las angustias.

La pregunta es: ¿cuántos de nosotros hemos tenido realmente esa clase de madre? Esta gran distancia entre imaginario y realidad genera los mayores malos entendidos. Muchos de nuestros sufrimientos tienen que ver con la comparación de nuestra vida real con aquello maravilloso que creemos nos debería haber sucedido, comparamos a nuestra madre real con una arquetípica, maravillosa y, sobretodo, imaginaria. Solemos padecer una sensación de abandono por no haber sido merecedores por algún incierto motivo de este amor incondicional. En nuestro anhelo de encuentro con este arquetipo maternal imaginario, buscamos desesperadamente personas y trabajos donde sentirnos absolutamente cuidados.

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Más allá de nuestro signo (que es el solar) tenemos un signo lunar que relata el juego de proyecciones y malos entendidos con nuestra madre y con nuestros anhelos de protección absoluta. Sería interesante reconocer cómo muchas veces intentamos llenar vacios emocionales esperando todo de una empresa o de una persona, llevándonos a la frustración y el desencanto. Este infantil anhelo de protección total suele estar más activo de lo que nos damos cuenta, distanciándonos de la real posibilidad de vivir una vida con vínculos de amor maduros y viables, de permanecer aceptando límites y frustraciones, de cuidar, amar, pedir y dar de manera humanamente posible, evitándonos frustraciones desmedidas.

El Test de la Luna puede darnos pistas de cuán tomados estamos por el hechizo lunar, por la búsqueda de un cuidado absoluto e incondicional. Cuanto más logremos visualizar, reconocer y atravesar estos condicionamientos y fantasías universales de contención incondicional, más iremos contactando con nuestras genuinas necesidades y posibilidades reales de cuidar y de que nos cuiden.

TEST

Habitualmente:

1) Necesitás estar siempre en actividad y solés deprimirte si te quedas en casa.

2) Intentás salir un poco todos los días , pero también buscás espacios para disfrutar de tu casa.

3) Buscás quedarte en tu hogar, intentás evitar salir lo más posible

Se te hace difícil:

1) Perdonar a otros.

2) Saber quién tiene la culpa, a veces te sentís culpable y otras víctima.

3) Dejar de sentirte culpable.

¿Qué es lo primero que viene a tu mente ni bien te despertás?

1) Una proyección del futuro (próximo o no).

2) El tiempo presente.

3) Un pensamiento del pasado (cercano o lejano).

Te caracterizás por:

1) Dejar todo librado al azar.

2) Planificar sabiendo que habrá imprevistos a los que intentarás adaptarte.

3) Planificar demasiado.

Elegí la frase que mejor te representa:

1) Dios proveerá.

2) Uno es arquitecto de su propio destino.

3) Todo tiempo pasado fue mejor.

En general te cuesta:

1) No pensar en vos y en tus necesidades.

2) Echar culpas a los otros.

3) Esforzarte por alcanzar un objetivo.

Tu vida es:

1) Un camino arduo por el que se avanza con esfuerzo, voluntad y valor.

2) Como la de la mayoría de la gente, con dolores y esperanzas.

3) De muchos sufrimientos, postergaciones, por lo que intentás calmarte con fantasías y sueños que rara vez se cumplen.

¿Qué es la pareja para vos?

1) Valoro de una pareja que no se interponga en mi vida ni en mis proyectos.

2) Me transforma, me hace cambiar, a veces cuesta, pero la vida es más rica, interesante y amorosa en pareja.

3) Necesito estar en pareja, es muy importante para mí.

¿Qué significa tener hijos para vos?

1) Algo complicado. Los hijos quitan mucha libertad, hay que pensarlo bien.

2) Algo trascendente porque te vinculan con una forma de amor desconocida y maravillosa, me gusta ayudarlos a crecer en libertad y confianza.

3) Son lo más importante de mi vida.

EVALUACIÓN

Mayoría de respuestas 1

Pesadilla lunar: atrapada en tu libertad

No te reconocés como alguien que puede dar protección y cuidado a otros. Puede que no quieras ser madre. Como contrapartida, la cualidad maternal aparece inconscientemente y negativamente exagerada y proyectada en relaciones o instituciones. Podés haberte convertido en un hijo/a o niño/a eterno, buscando dar o encontrar en empresas, roles profesionales o vínculos emocionales una protección y cuidado incondicional. Pretendés relaciones de total dependencia sin pedir nada a cambio. Íntimamente, sentís que debés ser querida y comprendida sin decir ni hacer nada para que esto suceda. Te cuesta aceptar que te pongan condiciones en tus ámbitos de pertenencia. Solés infantilizar mucho tu vida. Podés tener cierta dificultad para crear vínculos de pareja en los que el deseo sexual y la paridad entre ambos se mantengan activos, en general, en tus relaciones, uno materniza al otro, generando ciclotimia entre desborde y escasez de deseo sexual. A este grupo pueden pertenecer personas que no pueden o no quieren engendrar hijos o presentan dificultad tanto psicológica como física en relación a la propia maternidad. Sería interesante percibir la contradicción entre sentirse o valorar ser una persona libre y seductora mientras, a la vez, se está atrapado en un anhelo de encontrar una protección absoluta en una persona, en una profesión o en una empresa que provea y resuelva todo.

Mayoría de respuestas 2

Alquimia lunar: interdependiente

Buscás equilibrar tus compromisos emocionales con tus necesidades de desarrollo individual. Te conectás con el placer de cuidar y proteger a otros sin aterrorizarte por quedar atrapado en esos vínculos. Sos consciente del fuerte anhelo que todos compartimos por encontrar personas y lugares donde sentirse totalmente protegidos. Cuidás a veces desde el placer y a veces en forma de servicio, retirándote cuando ya no es necesario, sin sentirte abandonada. Te gusta ver cómo los otros crecen y despegan. También sabés pedir cuando lo necesitás sin sentirte mal o dependiente por eso. Vivís tu búsqueda de ser individuo en desarrollo junto con la necesidad de relaciones de amor, cuidado y compromiso. En un eterno ir y venir entre tus deseos y los de tu entorno, reconocés terrores y fascinaciones entre el pertenecer sintiéndote protegida y la amenazante necesidad de la propia libertad. Sabés que la trama entre seguridad y autonomía es compleja para vos y para todos. Vas logrando en tu entorno contacto nutritivo y discriminación para desarrollar los proyectos individuales.

Mayoría de respuestas 3

Hechizada por la Luna: atrapada en la protección

Te fasciná encontrar personas y espacios que garanticen absoluto cuidado y compromiso. Te encanta sentirte elegida y contener. Gracias a tu acompañamiento, los otros se sienten mejor y se desarrollan. Es necesario prestar atención a no quedar atrapada exclusivamente en el rol de protectora, en ser solo eso: la que los otros necesitan para mejorar. Tus prioridades pasan exclusivamente por ser protectora. Al entregarte a este arquetipo de dadora absoluta o “gran madre”, das respuesta a un gran anhelo colectivo: que haya alguien amoroso y maternal dispuesto siempre a dar y proteger. Al entrar en este territorio de tanta necesidad colectiva, corrés el riesgo de convertirte solo en eso. Ingresás en una historia con desarrollo y finales propios y predecibles, donde el final ya está escrito. En la propia vida se activa la historia del Arquetipo Lunar, uno solamente se dedica a cumplir y dar respuesta al imaginario. Los anhelos colectivos relacionados al rol maternal comienzan a dirigir tu existencia. Tu vida es ciegamente movida por los deseos inconscientes, tu destino reproduce un guión ya escrito, el destino de toda madre: dar todo de sí para nutrir y cuidar, para luego, dejar partir, dar libertad o ser abandonada por lo que se ha criado. Una vez que el niño crece y se independiza, no necesita más de esa función omniprotectora y nutricia. El problema es que vivenciás esta sensación de abandono de lo que cuidaste en todos los ámbitos de tu vida: con parejas, amigos, empleados. Sentís que diste todo y luego te abandonan: “Yo doy todo y siempre terminan abandonándome o no reconociéndome lo suficiente”.

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