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SALUD | 05-04-2013 23:53

Cerveza para todas

La exposición del Dr. Tirso Pérez, jefe de la sección de Ginecología del Hospital Universitario Puerta del Hierro de Madrid, en el marco del XIII Congreso de Salud y Medicina de la Mujer, que se llevó a cabo en febrero, en la capital española puso en un nuevo lugar al consumo de cerveza. Según el especialista, tiene efectos beneficiosos en el embarazo, la lactancia, la menopausia y ayuda a disminuir los efectos de la osteoporosis y del Alzheimer por su contenido de silicio, mineral que interacciona con el aluminio, causante de la aparición de la demencia y de otros desórdenes neurodegenerativos.

Esta bebida fermentada y elaborada a partir de ingredientes naturales tales como agua, cebada y lúpulo, contiene diversos nutrientes, tales como vitaminas del grupo B (especialmente ácido fólico), fibra y minerales como el silicio, potasio, magnesio y sodio. Por esta razón, las investigaciones concluyen que aporta más beneficios al organismo que el vino, aconsejado para cuidar la salud cardiovascular. "La cerveza es una bebida natural, con bajo contenido en calorías y alcohol, no contiene ni grasas ni azúcares. Por el contrario, posee una cantidad importante de hidratos de carbono, vitaminas y proteínas, por lo que su consumo moderado es bueno para salud dentro de una dieta equilibrada", afirmó Pérez.

"La cerveza no es tratamiento de ninguna enfermedad pero sí tiene compuestos que ayudan a prevenir la aparición de algunas enfermedades. Además, se está comenzando a hablar de que puede tener un efecto anticanciogénico dado que posee mecanismos por los cuales se combate el cáncer -amplió el Dr. Pérez– En cuanto a su aporte calórico, el consumo moderado por día sólo significa entre 150 y 180 kilocalorías, por lo que no es cierto que engorde".

El consejo es de consumo moderado, no abusivo y siempre teniendo en cuenta la historia clínica de cada persona, con lo cual, lo mejor es siempre hablar con el médico de cabecera. En términos generales, se recomienda a las mujeres beber diariamente entre uno y dos vasos de cerveza, con o sin alcohol o sin alcohol, y a los hombres entre dos y tres.

Embarazo y lactancia

El aporte saludable de la cerveza en este período incluye el consumo de la que no contiene alcohol, ya que, aunque en baja dosis, tanto para el feto como para el bebé, el alcohol es muy difícil de metabolizar, pudiendo provocar retraso mental, entre otras consecuencias. El ácido fólico que aporta la cerveza es una vitamina esencial para el sistema nervioso, dado que ayuda a regenerar las células, los niveles de homocisteína (factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares), disminuye la probabilidad de malformaciones en la médula espinal y previene gran parte de los defectos del tubo neural en el nacimiento.

Además, en las embarazadas y durante la lactancia, la cerveza sin alcohol reduce el estrés oxidativo tanto de la madre como del bebé tras el parto y la actividad antioxidante en la leche materna.

Menopausia

El efecto antioxidante de la cerveza ayuda también en el período de la menopausia, al igual que las vitaminas, la fibra o los fitoestrógenos naturales que contiene y que contribuyen a prevenir las patologías derivadas del descenso de estrógenos, propio de esta etapa. De hecho, diversos estudios científicos han demostrado que el consumo de fitoestrógenos naturales en la dieta puede llegar a retrasar la menopausia en unos dos años.

Salud cardiovascular

Los polifenoles que aporta la cerveza pueden participar en la protección contra enfermedades cardiovasculares y en la reducción de los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo. En este sentido, se ha comprobado científicamente que, con un consumo moderado, el colesterol bueno (HDL) podría experimentar un aumento en sangre, lo que se asocia a un menor riesgo de cardiopatías isquémicas.

Alzheimer y osteoporosis

Se ha comprobado que esta bebida ayuda a combatir o retrasar la aparición de enfermedades tales como el

Alzheimer o la osteoporosis. Esto se debe a la presencia de flavonas en su composición, cuyo efecto estrogénico inhibe la pérdida de masa ósea y estimula la secreción de calcitonina que impide la reabsorción ósea y estimula su formación.

Además, la diadzeina y genisteina, presentes en el lúpulo y en la cáscara de la cebada, tienen un efecto protector sobre el hueso; el silicio incrementa la densidad ósea y promueve la formación de colágeno; el magnesio ayuda en el metabolismo y en la absorción de calcio y el zinc, cobre y manganeso estimulan la formación ósea y el desarrollo normal del hueso.

Fuente: www.samem.es / www.cervezaysalud.es

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